Nueva York (EFE).- Con miles de policías en las calles, aunque sin alerta sobre posibles atentados, y pronósticos de una noche lluviosa, Nueva York se prepara para celebrar hoy la entrada del 2003 en la tradicional plaza de Times Square.
Las autoridades prevén que más de medio millón de personas se concentrarán en ese punto neurálgico de Manhattan que, como en años anteriores, estará fuertemente custodiado por un amplio despliegue de fuerzas de seguridad.
La policía ha sellado las tapaderas de alcantarillas y retirará papeleras y contenedores de basura, y a partir de las 22.00 GMT quedará prohibido el tráfico en un área que abarca desde la calle 35 a la 59 y entre la Quinta y la Octava Avenida, en Manhattan.
Más de un centenar de tiradores de elite ubicados en las azoteas de edificios que rodean la plaza, policías de paisano que se mezclarán con la multitud y agentes con perros adiestrados en la detección de explosivos acompañarán a miles de policías uniformados, que controlarán el acceso a la plaza e impedirán la entrada de individuos con bolsas, mochilas o bebidas alcohólicas.
"Alguna gente se sentirá molesta. Pero ese es el precio que pagamos por vivir en un mundo peligroso", ha señalado el alcalde, Michael Bloomberg.
El espectacular despliegue policial en la Nochevieja ha sido una constante desde el cambio de milenio, cuando se temió que grupos radicales podrían aprovechar la ocasión para cometer algún atentado en Nueva York y se ha intensificado después de los ataques del 11 de septiembre, en que la amenaza terrorista es más patente.
Una bola iluminada de casi 500 kilos de peso y construida con más de medio millar de triángulos de cristal y espejos descenderá por un mástil instalado en lo alto de un edificio de Times Square, al filo de la medianoche, y un espectáculo de fuegos artificiales anunciará la llegada de 2003.
El alcalde neoyorquino estará acompañado en el momento de iniciarse la cuenta atrás para el Año Nuevo por el actor Christopher Reeve y su esposa Dana.
Reeve, quien encarnó al personaje de "Superman" en el cine, es un destacado activista en favor de la investigación para remediar lesiones de la médula espinal, después de que un accidente de equitación que sufrió en 1995 le dejase paralizado.
"Les hemos escogido porque ellos representan una forma de vivir con esperanza y coraje frente a la adversidad y en muchos sentidos esa ha sido la manera de vivir en el 2002 para los neoyorquinos", ha explicado Tim Tompkins, miembro del comité organizador del evento.
En este año la asistencia de público, aunque será numerosa, no llegará a los niveles de los últimos dos años, debido en parte a los pronósticos de lluvia y quizás nieve para esta misma noche y el 1 de enero, aunque la temperatura será suave.
Además, no existe el atractivo añadido del pasado año, cuando en una ceremonia sin precedentes el anterior alcalde, Rudolph Giuliani, tomó juramento a su sucesor en el cargo coincidiendo con el cambio de año, tras el sorprendente aunque claro triunfo de Bloomberg en las elecciones de noviembre.
La difícil situación económica que enfrenta la ciudad, con un déficit estimado en 7.500 millones de dólares para el 2004, un descenso de la actividad económica y del empleo y la bolsa de Wall Street a la baja, son factores que han mermado algo los ánimos festivos y la alegría en el gasto de los neoyorquinos.
Muchos clubes nocturnos y discotecas han rebajado para esta noche los precios de admisión respecto de otros años y algunos conocidos locales como el Copacabana tenían el lunes aún numerosas entradas por vender, cuando en otras ocasiones se quedaron sin boletos días antes del Nuevo Año.