Bogotá.- Una operación militar "envolvente" contra rebeldes de las FARC terminó hoy con el rescate sanos y salvos, en las montañas del centro de Colombia, del presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), obispo Jorge Enrique Jiménez, y el sacerdote Desiderio Orjuela.
Los dos clérigos fueron rescatados cuando los rebeldes les "trasladaban a pie" por una zona rural a 147 kilómetros al norte de Bogotá, según precisó el comandante del Ejército, general Carlos Alberto Ospina, en un comunicado sobre los resultados de la redada.
El paso de los insurgentes fue cerrado por tropas de un contingente móvil de lucha contraguerrillera, que hacia las 10.00 horas locales (15.00 GMT) entró en combate con la columna guerrillera, que avanzaba con los cautivos hacia una serranía.
"Pusimos en marcha una maniobra de presión y bloqueo", explicó a los periodistas el jefe de las operaciones militares en el área, coronel Javier Flórez, desde su sede en Pacho, localidad a unos 90 kilómetros al norte de Bogotá y en cuyas montañas tuvo lugar el secuestro, el pasado día 11.
Los primeros combates concluyeron con el rescate de Jiménez y Orjuela, lo mismo que con la muerte de un rebelde y el arresto de otro más, dijo el general Ospina, tras precisar que las acciones se registraron en las montañas de la localidad de Topaipí.
"Es una excelente noticia para el país entero", afirmó la ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez, que en nombre del Gobierno del presidente Alvaro Uribe la transmitió de inmediato al nuncio apostólico en Bogotá, Beniamino Stella, y al presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Pedro Rubiano.
Los altos jerarcas recibieron con alborozo el regreso del presidente del CELAM y arzobispo de Zipaquirá, cincuenta kilómetros al norte de la capital colombiana, junto a Orjuela.
La ministra subrayó que ambos fueron rescatados sanos y salvos, que fue la "prioridad" en la que Uribe insistió antes de que viajara este viernes a República Dominicana, para asistir a la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.
"Los dos están muy bien, aunque cansados", dijo Ramírez, quien ordenó que fuesen trasladados a la capital colombiana en un helicóptero militar, acompañados por el comandante de la división del Ejército del centro del país, general Reinaldo Castellanos.
La ministra destacó que la colaboración de los campesinos dio acceso a la fuerza pública a detalles del reducto rebelde que tenía a cargo a los cautivos.
La vigilancia del obispo, de 60 años, y el sacerdote, de 78, estaba en manos de dos mujeres y cuatro hombres, miembros de una columna de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según lo establecieron las autoridades castrenses.
Los dos clérigos habían sido tomados cautivos el pasado lunes por la mañana, cuando se dirigían al templo rural de San Antonio de Aguilera, aldea en la que tenían prevista una ceremonia de confirmación de fieles.
El caserío pertenece a Pacho, localidad de la que Orjuela es párroco.
"El rescate fue el resultado de un trabajo sin tregua del Ejército y la Policía", dijo la ministra de Defensa, quien indicó que la ofensiva final contra los rebeldes fue lanzada anoche.
Unos 1.000 hombres de la fuerza pública fueron movilizados para esta redada, conocida como "Operación Renacer" y que abarcó una decena de poblaciones del norte de Cundinamarca, departamento del que también es capital Bogotá.
"Para el éxito de la operación también fue fundamental la información suministrada por la comunidad y las informaciones que fueron recogidas como parte del programa de recompensas", dijo el comandante del Ejército.
El general Ospina aludió a la política gubernamental de retribuir con dinero los informes ciudadanos sobre acciones de la delincuencia y los grupos ilegales, que en este caso serán recompensados con cien millones de pesos (unos 36.000 dólares).
EFE