TORREÓN, COAH.- Más de 300 familias viven en constante zozobra, entre escombro, basura, vendedores de droga, en casas de pésima construcción y a escasos metros de un enorme y peligroso barranco que ya cobró una víctima, en un sector del fraccionamiento Las Luisas promoción del Infonavit, a orillas del llamado Cañón del Indio.
El lugar olvidado por las autoridades de los tres niveles –federal, estatal y municipal--, empezó a ser poblado hace diez años y desde entonces sus habitantes han sido víctimas de la indolencia de funcionarios, políticos y empresarios que prácticamente los obligan a vivir en casas sumamente caras, en lugares inadecuados y extremadamente peligrosos, sobre todo para los niños.
Carlos Fernando, quien llegó a dicha colonia hace siete años, recuerda y lamenta el engaño del cual fue objeto, pues la reducida vivienda, le dijeron en el Infonavit que tenía un costo de 55 mil pesos y hace un par de meses en que acudió a las oficinas del organismo para conocer el estado de cuenta, le informaron que debía 125 mil pesos.
El Siglo tuvo acceso a varias viviendas y comprobó las fallas que exhiben, como la casa marcada con el número 1999-A de la calle Plan de Ayala, la cual hace menos de un año fue reparada y ya presenta de nueva cuenta esta falla.
Los vecinos del lugar dijeron que las explosiones constantes de la empresa Samsara debilitan la estructura de las casas y temen que el aflojamiento de la tierra ocasione en cualquier momento que parte del fraccionamiento se derrumbe.
El ingeniero Zataráin de Geo y funcionarios del Infonavit, hace dos meses anunciaron que visitarían las casas afectadas, pero no lo han hecho, cuando era candidato a la presidencia Salomón se comprometió a pavimentar y la misma promesa la hizo durante su promoción para la diputación, pero el tiempo transcurre y en Las Luisas prevalecen las carencias, informó Fernando.
La falta de pavimento, uno de los problemas que a estas alturas no es el principal, añadió, se solicitó al municipio, pero les dijeron que corresponde a la empresa constructora y así se han justificado ambas partes durante ocho años, recordaron, no se tiene el adecuado servicio de transporte de pasajeros, pues los choferes a las siete de la tarde suspenden la entrada al sector por considerarlo peligroso y la gente tiene que caminar largas distancias con el riesgo de ser asaltados, como ya ha ocurrido.
Indicaron que nueve viviendas de las más afectadas, fueron reparadas el pasado 9 de septiembre del 2001 –de las manzanas 40 y 41 de las avenidas Plan de Ayala hasta Plan de Guadalupe entre las calles Yucatán y Sonora--, sin embargo el trato acordado con el Infonavit y ante la constructora Geofácil, fue que darían un año para ver qué ocurría.
En julio del presente año, las casas reparadas empezaron a presentar nuevamente las grietas en muros, techos, pisos y patio y los representantes del organismo y empresa no se han vuelto a parar, señalaron.
Droga y portación de armas.
Además del deterioro de las viviendas y el lugar inadecuado donde se construyó el fraccionamiento, los vecinos de Las Luisas reportaron la exagerada venta de droga y aseguraron que por lo menos hay ocho distribuidores del enervante, cuya venta se disputa constantemente con balaceras como la ocurrida el pasado viernes por la noche, recordaron.
En relación con la presencia policíaca, informaron que la visita de una patrulla es como sacarse la Lotería, pues el sector permanece en el olvido y por ello la inseguridad es cada vez más grave.
Como ejemplo del citado problema, aseguraron que en los últimos tres meses fácilmente se han registrado ocho asaltos a taxistas en las cercanías del barranco, a donde los delincuentes se los llevan, los golpean y los despojan de sus pertenencias aprovechando la falta de vigilancia y lo oscuro del lugar.
Taxistas y choferes de autobuses no entran a la colonia cuando oscurece, “te dejan en la gasolinería” que está a casi un kilómetro de distancia y cuando los contratas te dan el servicio bajo esa condición.
Los robos a casas habitación se han incrementado de manera grave, pero la gente ya no denuncia, “no tiene caso, es pérdida de tiempo”, sostienen.
Es común que cuando sales a la calle observas algunas personas tomando cervezas y portando armas de fuego sin importarles la presencia de niños y mujeres, llamamos al 060, pero nunca acuden, en contundente exhibición de ausencia de autoridad, indolencia e impunidad en este sector sin ley, denunciaron.
Manchas en la piel y otras enfermedades
Sin embargo, la inseguridad y los problemas por la pésima construcción de las casas, así como de la falta de servicios públicos, pasan a segundo nivel de importancia en este sector, donde el asunto principal es la presencia de la empresa Samsara; “hace ocho años, era sólo un pequeño molino, cuyas molestias eran hasta cierto punto tolerables”, admitió Carlos Fernando.
Después de las diez de la noche, no se puede salir a la calle pues el fraccionamiento es invadido por una enorme nube de polvo, ocasionada por el trabajo desarrollado en la citada empresa, tenemos unas 23 personas entre niños y adultos, que presentan problemas de salud: manchas en la piel, dificultades para respirar, en los ojos y garganta.
La última petición que hicimos, “ya por humanidad”, sostiene Carlos Fernando, fue la colocación de una barda protectora en los alrededores de la empresa moledora de piedra, pues el barranco representa un serio peligro para nuestros hijos.
Hace días, un jovencito cayó al pozo, cuya profundidad es fácil de unos setenta metros, se pegó en una piedra y murió, pero ni eso provocó que las autoridades atendieran la difícil situación.
EL SIGLO DE TORREÓN visitó el barranco y parte de sus alrededores y comprobó lo débil y peligroso del lugar, incluso en pisadas fuertes la tierra se desprendía, los terrones caían a considerable profundidad. Una grieta se observa a orillas del barranco que por las noches representa una “trampa mortal” para sus habitantes, sobre todo niños.
La situación que se vive en este sector del fraccionamiento Las Luisas es tal que Carlos Fernando asegura que si el Infonavit deja de cobrarle su casa, aunque no le devuelva lo que ha pagado, dejaría el lugar. El resto de los habitantes espera la respuesta de sus autoridades, aunque muchos optaron por rentar, traspasar y simplemente abandonar su vivienda, pues definitivamente no era lo que esperaban del Infonavit.