Reuters
CARACAS, Venezuela.- La oposición al presidente Hugo Chávez condicionó ayer su asistencia a una mesa de diálogo con el Gobierno venezolano a la inclusión del tema de un referendo consultivo inmediato sobre la gestión del mandatario.
En un intento por conciliar la agria confrontación entre las partes, está previsto que la próxima semana se instale una mesa de negociación, promovida por el secretario general de la OEA, César Gaviria, quien ha fungido como un facilitador.
Pero la posibilidad de hacer un referendo temprano pareciera alejarse ante las posiciones aparentemente irreconciliables desde que Chávez retomó el poder el 14 de abril, luego de ser depuesto temporalmente por un grupo de militares.
“No podemos sentarnos en la mesa de diálogo si no está el tema del referendo consultivo con una fecha”, dijo William Dávila, miembro de la Coordinadora Democrática, una coalición de partidos y grupos de oposición que ha pedido desde la renuncia de Chávez hasta elecciones inmediatas.
El político dijo que la consulta debería hacerse en diciembre o enero, para lo que algunos partidos están recogiendo firmas para consignarlas el lunes ante el organismo electoral, del que esperan una respuesta en un mes.
El partido que ha liderado el proceso de recolección, Primero Justicia, dijo ayer que tienen 1.3 millones de firmas de quienes piden la renuncia inmediata de Chávez.
Si no hay consulta
habrá paro indefinido
Chávez, quien ha reiterado que no dimitirá por presiones de “grupúsculos”, sostiene que el único referendo posible sobre su mandato es el revocatorio, el que debe esperar hasta agosto del 2003, pasada la primera mitad de su gobierno.
La única manera de hacerlo antes requerirá una engorrosa reforma constitucional, que debería pasar primero por el parlamento —donde el oficialismo tienen aún un precaria mayoría simple— y luego ir a un referendo aprobatorio de una eventual modificación. El proceso consumiría varios meses.
Sin embargo, la oposición pide un referendo consultivo para que sea el pueblo quien decida si el teniente coronel retirado debe continuar al mando del quinto exportador mundial de crudo, que atraviesa una severa recesión económica, alta inflación y desempleo.
Si Chávez, quien ganó por abrumadora mayoría en las elecciones de 1998, perdiera en la consulta la idea sería ir de inmediato a unas elecciones, según sus opositores.
Pero el mismo presidente ha negado de plano revocar su mandato por esa vía, argumentando que es inconstitucional y violatorio de la Carta Magna de 1999, que él mismo impulsó.
Organizaciones empresariales y sindicales opositoras han amenazado con llamar a “un paro cívico indefinido” si Chávez no acepta un referendo consultivo para medir su respaldo popular.
La tensión ha aumentado desde que la semana pasada un grupo de militares activos de alto rango, sin mando de tropas e investigados por el alzamiento de abril, llamaron a sus compañeros de armas a desconocer al gobierno y se declararon en desobediencia.
Desde entonces se han atrincherado, junto con varias decenas de otros militares que se han sumado y miles de civiles, en una plaza en el este de Caracas, anclada en la exclusiva urbanización de Altamira.
Fernández agregó que el gobierno está tratando de dilatar cualquier consulta popular y reiteró que si “se tranca el juego se aplica lo que está aprobado: ir a una paro indefinido”.
Admitió que aunque el referendo consultivo no es obligante ni vinculante para que Chávez renuncie, si el presidente lo perdiera “va a dejar claro que en Venezuela hay una situación para unas elecciones adelantadas”.
El empresario, que el oficialismo ha calificado de golpista, dijo que el presidente no quiere someterse a la consulta porque “su derrota política lo mata políticamente”.