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LONDRES, INGLATERRA.- La dividida oposición iraquí negociaba ayer una reunión para discutir el futuro político del país, sin ponerse de acuerdo sobre un gobierno interino y cómo mantener la paz si Saddam Hussein fuese derrocado.
La oposición a Saddam está dividida por diferencias étnicas, religiosas y políticas. La rivalidad se ha acentuado ante la amenaza de guerra por parte de Estados Unidos.
En la víspera de una reunión en la capital británica, las facciones debatían sobre la distribución de los 300 asientos en la conferencia.
Unos 70 asientos estaban reservados para delegados independientes, pero los seis partidos principales han tratado de colocar en ellos a sus propios partidarios.
El Congreso Nacional Iraquí de Ahmed Chalabi ha propuesto que unas 50 más sean para supuestos independientes que en realidad serían aliados de su corriente.
La conferencia debía comenzar con una sesión informal, para que los delegados se conocieran, antes de pasar a las deliberaciones formales el sábado y domingo. Todos los delegados viven fuera de Iraq desde hace casi 30 años, mientras en el país la gente pugna por sobrevivir al régimen de Saddam, los disturbios civiles, las guerras y las sanciones de la ONU.
Uno de los problemas más contenciosos será la integración de un comité para supervisar el trabajo de la oposición después de la conferencia. Ese comité constituiría el gobierno de transición tras la caída de Saddam, de manera que se prevén agrias disputas para integrarlo.
Algunos delegados han dicho que el comité tendrá unos 40 miembros, representantes de los exiliados agrupados e independientes, y otros diez puestos a cubrir por iraquíes que viven en el país, principalmente representantes de las fuerzas armadas y las tribus.