?Sin orden no hay obediencia a las leyes, y sin obediencia a las leyes no hay libertad, porque la verdadera libertad consiste en ser esclavo de la ley?
(Filosofía fundamental)
Es obvio que estamos batallando en la transición a la democracia y aún no ha sido posible el cambio de cultura en la manera tradicional de vivir en nuestro país; sólo que ya no se le puede imputar a la sociedad como tradicionalmente se hacía al acusar al pueblo de desinterés y con poco conocimiento de los problemas en la Nación, pretexto que servía para que solo unos cuantos se ?sacrificaran? por el bien común. Hoy se pone de manifiesto que los que no quieren cambiar es la clase política sin excepción llámese Ejecutivo, Legislativo y Partidos Políticos pues lo que importa es el protagonismo, la intolerancia y ganar el poder a pesar de las consecuencias que generan sus acciones; para sustentar ésta afirmación demos un rápido repaso a los últimos acontecimientos que hemos vivido en nuestro país:
Resulta que ante la incapacidad negociadora del Gobierno frente a las presiones del machete y la proximidad de una resolución adversa por parte de la Suprema Corte de la Nación se derrumbó el proyecto monumental del nuevo aeropuerto en Texcoco y según las declaraciones del Ministro de Comunicaciones no hay urgencia en ésta obra y por lo tanto podemos esperarnos otros 4 años más en virtud de las condiciones actuales por las que pasa la aeronáutica mundial y ese es el motivo por lo que hoy se nos da a conocer que no es tan indispensable y urgente el nuevo aeropuerto; la pregunta es si valió la pena el desgaste y división de los sectores que intervinieron en éste problema para quedar en la nada. Otro tema que habíamos vaticinado en ésta columna que se convertiría en un enjambre político, económico y social es el de los ingenios azucareros, pues es el caso de que a pesar del tiempo transcurrido no hay soluciones ni planes que permitan sostener lo acertado de ésta resolución, en cambio por lo que se aprecia en los litigios que enfrenta el Gobierno por parte de varios grupos afectados por la expropiación, es muy seguro que la misma no prospere y entonces la justificación del procedimiento ejecutado en su oportunidad quede en un rotundo fracaso para el sistema y como es costumbre tendrá qué verse si ésta medida para mí equivocada tiene un costo económico, y quién lo absorberá. El llamado Blindaje Alimentario en principio parece como una estrategia viable que tiene como objetivo proteger la Agricultura Nacional frente a los productos provenientes de Estados Unidos y Canadá con libre tránsito pero que llegarán fuertemente subsidiados; es una magnífica acción del Gobierno pero se requiere mayor explicación y claridad en sus objetivos y mecanismos así como la forma en que se destinarán los recursos, pues tenemos un campo en crisis y a partir del primero de Enero del año próximo, el País abrirá sus fronteras a la importación de una infinidad de productos agropecuarios y la respuesta de México ante ésta situación debe de ser contundente, pues se requiere que estemos en una situación verdaderamente competitiva en éste sector tan marginado y a la vez mantenido hasta la fecha a base de promesas no cumplidas. Entre las reformas estructurales que quedan pendientes por falta de consenso en el Congreso, el Presidente Fox envió en éstos días la iniciativa que tiende a lograr abrir a los particulares los sectores eléctrico y petrolero pero desde luego no se vislumbra que dicha iniciativa pueda prosperar en el Poder Legislativo a pesar de que están divididas las opiniones entre los Diputados de sus propios partidos, pretextando los opositores la necesidad de proteger la seguridad y soberanía de la nación. Sin embargo, a pesar de tanta polémica no se dan soluciones precisas, es correcto que se cuide garantizar la energía eléctrica para los mexicanos y se reglamente las condiciones para la inversión extranjera, pero también se debe atender la advertencia del Gobierno de que no se cuentan con los recursos necesarios para hacer frente a las inversiones requeridas, estamos emplazados a riesgos con resultados impredecibles para nuestro País; ¿Entonces cómo queremos dar señales de seguridad y confianza a las inversiones que requerimos para nuestro desarrollo?.
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