TORREÓN, COAH.- Más de 120 menores con niveles altos de plomo en la sangre no reciben atención médica, la razón: sus padres se niegan a atender los citatorios enviados por la oficina de Atención a casos con exposición crónica a metales.
Silvia López Gándara, coordinadora del programa de Atención a casos con exposición crónica a metales, ubicado en el Centro de Rehabilitación Infantil (CRI), desmintió que haya insuficiente personal y por eso los menores afectados no son atendidos adecuadamente.
López Gándara dijo que en el CRI existe personal suficiente para atender a los menores afectados por plomo en la sangre, sólo hace falta un maestro de apoyo, mismo que ha sido solicitado y se espera la autorización correspondiente.
En la actualidad, dijo López Gándara, el programa cuenta con mil 350 menores registrados para su atención médica. Se les proporcionada valoración, tratamiento psicológico, audiometría, electromiografía, terapia de lenguaje y familiar.
Sin embargo, agregó, existen 126 menores a quienes no se la ha podido proporcionar atención médica a pesar de tener más de 25 microgramos de plomo por decilitro de sangre: “ese dato es de cuando fueron muestreados, tal vez ahora tengan menos”.
El problema, señaló, es que los padres de familia no atienden los citatorios enviados por la oficina de Atención a casos con exposición crónica a metales, en este caso no hay manera de obligarlos a atender el llamado porque la Procuraduría de la Familia exige un expediente y éste no se puede conformar por la falta de información.
Hasta la fecha, dijo, se han otorgado cinco mil servicios de atención médica a los menores afectados por plomo en la sangre, para diciembre de 2002 se pretende llegar a los seis mil 500. Un total de 15 personas trabajan en la oficina de Atención a casos con exposición crónica a metales, para cumplir con la meta.
“El caso de María Guadalupe Acosta, madre del bebé con altos niveles de plomo en la sangre; hemos tenido muchos problemas porque nunca atiende nuestros llamados, ella tiene otros dos niños afectados que tampoco reciben atención médica porque se niega”.
Silvia López Gándara señaló que en el caso de José Juan, quien a pesar de no tener ni un mes de nacido ya registra un nivel de plomo de 31.7 microgramos por decilitro de sangre, no se puede hablar de hiperactividad, pues esto se puede detectar hasta después de los dos años de edad.
“Tiene menos de un mes de edad, no se puede decir que sea hiperactivo, es necesario revisarlo para conocer por qué el bebé no duerme y es muy inquieto, es urgente que sea atendido porque a esa edad no se puede hablar de sintomatología”.
Y añadió: “no podemos prever síntomas, lo que sí se puede es prevenir dándole estimulación temprana, pero primero hay que bajarle los niveles de plomo, la madre debe traerlo para que sea revisado cuando antes”.