Reuters
Caracas, Venezuela.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo ayer que están llegando al país unos buques con gasolina para evitar el desabastecimiento interno, luego que un paro general que pide su renuncia frenó la refinación y la distribución de combustibles.
La medida surge mientras gran parte de los gerentes y empleados de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), capitanes de buques y agentes porturarios están sumados a un paro, que llegó a su décimo cuarto día y con el que la oposición exige a Chávez que renuncie y convoque a elecciones anticipadas.
?Vamos a importar combustible?, dijo el teniente coronel retirado en su programa de radio y televisión Aló Presidente!, en el que insistió que no renunciará ni aceptará el adelanto de elecciones así lo pidan otros países.
La importación de gasolina es inusual en Venezuela, quinto exportador mundial de crudo y uno de los mayores abastecedores de combustible al principal mercado del mundo, Estados Unidos.
?Gasolina tenemos para varios días, pero sin embargo ya he dado instrucciones a PDVSA para que comencemos a importar gasolina y ya vienen (...) dos barcos llenos de gasolina desde las Islas Vírgenes, cruzando el Caribe?, dijo Chávez.
Sin embargo, agentes portuarios y algunos gerentes rebeldes han advertido que si vienen buques con gasolina será difícil que lleguen a los puertos, debido a que muchos de los pilotos y el personal de PDVSA sigue sumado al paro y han dicho que seguirán con la protesta hasta que Chávez renuncie.
Antes del inicio del paro, que Chávez ha insistido en calificar de ?fracasado? y es el más largo en la historia del país contra cualquier gobernante, la nación exportaba unos 2.7 millones de barriles diarios de crudo y productos derivados.
Los embarques a otros países, que aportan 80 por ciento de los ingresos externos de Venezuela, también estuvieron detenidos, pero Chávez dijo que en los últimos tres días han salido cuatro buques con una carga total de 2.0 millones de barriles de crudo.
Estudian medida
de racionamiento
Chávez, que en abril sobrevivió a un golpe de Estado, movió la carga de crudo tras ordenar la toma militar de las instalaciones y nombrar nuevos gerentes para sustituir a los que tenían la industria a su mando y a quienes el mandatario responsabiliza de dirigir un ?sabotaje? contra PDVSA.
El suministro de gasolina al mercado doméstico se vio afectado, generando desabastecimiento y largas filas de vehículos en algunas estaciones de servicio, luego que transportistas y empleados de los centros de distribución detuvieron los cargamentos de combustible.
Chávez también ordenó desde esta semana la toma militar de varias plantas de llenado de gasolina y de las gandolas cisterna de empresas privadas, para restablecer parcialmente la distribución en algunos lugares del país. No obstante, ha tenido dificultades para normalizar el suministro porque muchas plantas siguen paradas. Pero Chávez, que tiene casi cuatro años de mandato, dijo que ?si hay que traer gasolina de otras partes del mundo mientras nosotros restituimos la operatividad de las refinerías que están paradas, pues no hay problema, compramos gasolina?.
El presidente de PDVSA, Alí Rodríguez, dijo ayer que la ?situación sigue igual? y que el Ministerio de Energía y Minas estaría preparando una medida de racionamiento del consumo de combustible en el mercado doméstico.
?En la medida en que las refinerías están paralizadas y los capitanes de los buques que cargan gasolina mantienen su actividad de sabotaje, puede haber desabastecimiento y probablemente hoy (domingo) el ministro de Energía y Minas tenga que aplicar algunas medidas de racionamiento?, dijo.
Eso se mantendría ?mientras llegan buques que hemos encargado y que tardarán todavía un par de días en llegar a Venezuela?, agregó.
Los líderes empresariales, sindicales y políticos que encabezan el paro culpan al gobernante de querer imponer un gobierno comunista como el cubano y de haber arruinado al país con su autoproclamada ?revolución? en favor de los pobres.
Los petroleros rebeldes coinciden en esas críticas y además dicen que Chávez ha politizado la industria nombrando militares y adeptos en puestos claves y ha echado mano a las arcas de PDVSA en detrimento de las inversiones necesarias.