En cuanto al primer arribo del Quijote a nuestro país corrió hace años una simpática superchería y es lástima que lo fuera, pues se dijo y escribió que el primer ejemplar de “El Ingenioso Hidalgo” lo trajo consigo Mateo Alemán. Fue superchería solamente en cuanto a que no fue ése el primer ejemplar de tal novela llegado a Nueva España, pero no podemos dudar que lo trajera entre sus libros el autor del “Pícaro Guzmán de Alfarache”, pues la versión de todo eso la cuenta con datos precisos González Obregón, historiador veraz y fidedigno: él vio el acta de registro y la copió en parte, de modo que sabemos que el ejemplar recogido a Mateo Alemán era, nada menos, que uno de la edición madrileña de 1605, de Juan de la Cuesta. No fue ese ejemplar –que luego le fue devuelto a su dueño- el primero en llegar, pero muy interesante resulta la anécdota de tal suceso.
Fue don Francisco Rodríguez Marín, devoto cervantista, quien encontró en uno de los registros de embarque (trámite ordinario de la Casa de Contratación) el dato para nosotros interesantísimo de que en la flota que zarpó de Sevilla el 12 de julio de 1605, en la nao “Espíritu santo” venían cajones con 262 ejemplares de Don Quijote de la Mancha, para ser desembarcados en San Juan de Ulúa y consignados a Clemente Valdés en México.
Esas noticias fueron más tarde conocidas por González de Obregón y él no tuvo empacho en corregir aquélla su primera versión de que Mateo Alemán hubiese sido el primer introductor del Quijote en México, y al continuar sus investigaciones pudo aportar más datos sobre el mismo asunto: “Confirmación y complemento del interesante estudio del señor Rodríguez Marín, son otros documentos que hube la fortuna de hallar en el Archivo General y Público de la Nación; y si los de Sevilla dan completa luz sobre el lugar, fecha del embarque de ejemplares, número de los que se destinaron a la Nueva España, ediciones y precios, los documentos de México no son menos curiosos, pues fijan los días y meses de arribo, los nombres de la naos en que se venía leyendo el Quijote o en que se traían las cajas destinadas a los libreros de Puebla y México, con sabrosos detalles sobre la seguridad con que se hizo la travesía...” En los últimos días de septiembre y los primeros de octubre, de aquel año de 1605, fueron llegando a la Nueva Veracruz y se les hizo la visita de registro a 25 barcos; don Luis González Obregón pudo ver las acatas solamente de 12 registros y entre ellas, en cuanto a nuestro tema, vale la pena citar que la nao “La Encarnación”, el 28 de septiembre, declararon que “para entretenerse traían (con otros libros) “Don Quixote de la Mancha”... “Igual cosa declaran en la misma fecha los de la nao “Nuestra Señora de los Remedios”; otro barco, que entró el 5 de octubre, traía 20 cajones de libros, 18 a un consignatario de México y 2 a otro de Puebla, ambos muy diferentes a los que mencionaba Rodríguez Marín: el 6 de octubre, en otro navío declaran que traía para leer “Don Quixote de la Mancha”; igual en otro barco, el 10 de octubre, que además traía dos o tres cajones de libros, y el mismo 10 de octubre los de la nao “Nuestra Señora de los Dolores” dice también que en la travesía se entretenían en leer Don Quixote, y además traían 3 cajones de libros para un dominico de Puebla. Así pues, además de la nao “Espíritu Santo” con más de un cuarto de millar de ejemplares del Quijote, sabemos que de otros barcos llegaron 25 ó 26 cajones más de libros, en los cuales bien podían venir ejemplares de la novela cervantina; no tenemos las actas de otros 12 navíos, casi la mitad de la flota, pero esa mitad no sería muy diferente de la conocida y consta que en no pocas de las naos visitadas los tripulantes y pasajeros hicieron la travesía regocijándose con las aventuras del Caballero Manchego. ¡Con razón don Luis la llamó “La Flota Cervantina”!
CERVANTES Y DON QUIJOTE. ESTUDIOS MEXICANOS. Prólogo de JOSÉ ROJAS GARCIDUEÑAS. SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA. Primera edición 1972. (En este mes de octubre hacen, pues, 397 años que Don Quijote llegó a México).