Según los expertos, durante los próximos veinte años se dará el más grande cambio de riqueza de una generación a otra. Este cambio de riqueza no se dará como consecuencia exclusiva de herencias sino también como consecuencia de diversas reestructuraciones en los patrimonios empresariales y, sobre todo, familiares. En México, la verdad de las cosas, no somos muy dados a prevenir, sin embargo tratándose del patrimonio vale la pena invertir el tiempo, el dinero y el esfuerzo necesarios para salvaguardar la riqueza empresarial y familiar.
Históricamente la clase media (pequeños y medianos empresarios y profesionistas) y en gran medida la clase obrera han sido los reales sostenedores del gasto público ya que son ellos los que más contribuyen, de hecho parece que las leyes fiscales están diseñadas para que sean sólo ellos los que contribuyan. No obstante lo anterior nadie está exento de que la autoridad en su tarea recaudadora pretenda agenciarse lo que no le corresponde y recurra, para ello, a molestar a las familias que se han sabido hacer de un patrimonio importante, constituyendo así el principal peligro a años, generaciones tal vez, de trabajo y, sobre todo, de haber confiado en un país que, sinceramente, no ha ofrecido el mejor de los ambientes para facilitar las inversiones. Por lo tanto la sociedad debe acrecentar su cultura sobre los retos y oportunidades de proteger e incrementar su patrimonio. La suma de los patrimonios de las familias constituye el patrimonio de la sociedad y por lógica el del país, aunque haya quienes no lo quieran entender. Si el patrimonio de la sociedad refleja el grado de bienestar del país, es responsabilidad de cada uno manejar en forma adecuada su patrimonio y mejorar su nivel de vida y, además, construir desde ahora un futuro estable para las siguientes generaciones. Para lograrlo se necesitan buenos asesores, un panorama claro de prioridades, un reconocimiento de las debilidades, equilibrio emocional y, lo más importante, disposición a respetar el marco jurídico. Si usted construyó su patrimonio o lo heredó, no constituye ninguna diferencia en cuanto a la importancia de protegerlo. Para minimizar potenciales líos legales y financieros, ponga a trabajar a un buen abogado y/o a un buen contador quienes le ayudarán a consolidar su patrimonio observando, desde luego, las normas legales.
Los primeros pasos que debe dar para proteger su patrimonio son los siguientes: 1) Contratar asesoría especializada (abogados y/o contadores) ?olvídese de los licenciados en ciencias ocultas-, 2) Organizar su historia financiera, 3) Revisar la localización de sus activos, 4) Evaluar el riesgo inherente a cada activo, y 5) Definir sus objetivos ?no importa si sueña un poco-. Seguramente se preguntará cómo le puede hacer para contratar una buena asesoría, no se preocupe no es tan complicado si para evaluar a su asesor considera: a) Honestidad e integridad, b) Inteligencia y profesionalismo, c) Conocimientos y experiencia, d) Confiabilidad, y e) Que su prioridad sean los intereses de su cliente ?o sea usted-.
Al proteger el patrimonio, sin importar las decisiones que se tomen, generalmente hay consecuencias impositivas y aunque suene trágico y cualquiera se sienta tentado a no cumplir, se debe considerar el porcentaje que representa el monto de la obligación contra el valor del patrimonio para darse cuenta que no vale la pena arriesgar tanto por tan poco. Una vez que se ha consolidado el patrimonio, es tiempo de trabajar sobre sus objetivos financieros y decidir la mejor manera de incrementar su riqueza.
Es un hecho que a todas las personas les atrae la idea de tener seguridad financiera y no tener ninguna deuda, o al menos no tener deudas caras. Este es un pensamiento razonable, pero lo que no es tan razonable es que a la protección de su patrimonio no le quieran invertir el trabajo y los recursos necesarios. De verdad que todo lo anterior vale la pena y al final siempre se obtiene una recompensa adicional a la, invaluable, tranquilidad que da el trabajo cumplido.
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