GÓMEZ PALACIO, DGO.- Fue el día en que sexoservidoras quisieron ser reconocidas. Si no por sus nombres, sí por sus derechos.
Después de las 12:00 horas un grupo conformado por cerca de 15 mujeres entró sigilosamente a la sala de regidores de la presidencia municipal de Gómez Palacio.
-Aquí es, dijo una de ellas.
Fue la señal de pelea. Las mujeres con nombre de guerra mostraron cartulinas donde se leía: “Castañeda nos quiere dejar sin comer”.
A partir de ese momento se quedan paradas frente a la oficina del regidor panista Julio Alberto Castañeda, quien concede una entrevista, gritan consignas contra el representante del pueblo.
Rápidamente se forma un grupo de curiosos. Llegan los medios de comunicación y frente a las cámaras de televisión una de ellas, al parecer la líder, afirma: nos quieren dejar sin trabajo.
-¿Porqué? pregunta un reportero.
-El regidor ya dijo en la radio, la televisión y en el periódico que van a cerrar todos los lugares donde trabajamos. Algo le han de haber hecho las mujeres para que no nos quiera.
Sin perder la calma el regidor las invita a pasar a su oficina. El espacio resulta insuficiente para manifestantes y reporteros, además de otros dos regidores panistas que rápidamente llegan para apoyar.
-Nunca dije que fuéramos a cerrar los centros de vicio, comenta Julio Alberto Castañeda.
-Sí dijo
-¿Dónde?
-En la radio y en el periódico
- No. Aquí tengo el reportaje si quiere lo leemos.
-No porque sí dijo. Además ya cerraron un bar.
-¿Cuál?
-Él... (la mujer duda), ¿cómo se llama?, pregunta a sus compañeras. Tampoco saben.
- Egeo, grita un reportero
-Ese,ese.
-Lo único que queremos es que se cumpla la ley, explica el regidor. Y ese bar lo cerró la alcaldesa.
-Nosotros estamos en regla, nos revisan cada semana.
-¡No se oye!, grita una de las mujeres que no alcanzaron a entrar en la oficina.
-¡A la sala de juntas, todos queremos oír! grita un hombre vestido de traje.
La discusión se pone sabrosa. José Antonio Meraz, también regidor panista se calza los guantes y entra en la pelea.
-A ustedes las están usando, dice.
-No es cierto, peleamos por nuestros derechos.
-¡A la sala de juntas, queremos todos oír ! vuelven a gritar.
Ante el calor de la batalla una reportera no soporta la tentación... ella también discute.
-En buena onda, a ustedes las están usando, dice a las mujeres.
-¿Usted hizo el reportaje?
-No
-Entonces no sabe. Queremos trabajar, o qué quieren, que estemos en las calles como en Torreón.
-Sólo queremos que se cumpla la ley, dicen los regidores.
-¡A la sala de juntas !
-Vamos a la sala de juntas, dice por fin José Antonio Meraz.
Rápidamente las sexoservidoras, que estaban afuera de la oficina, corren a la sala de juntas. Deben ganar lugar.
Pasan los minutos y nadie llega. La líder y sus acompañantes se fueron, otras se quedaron esperando. Al final los regidores panistas comentan: fue un acto inducido, alguien las está manejando, que casualidad los regidores priistas miembros de la Comisión de Alcoholes no están.