Conóceme bien y tendremos una gran amistad, si has decidido adoptarme, enhorabuena, te enfrentas a una tarea apasionante y enriquecedora que no te defraudará.
En efecto gatos y perros somos bien diferentes. Los canes son fáciles de educar, nosotros no. Además somos más inteligentes y menos dependientes de nuestro amo, podemos permanecer solos y entretenidos sin causar problemas. Nuestras costumbres son también más higiénicas y no necesitará sacarnos a la calle, aunque debes tener en cuenta que nos encanta hacer escapadas nocturnas, (la noche es fantástica para encuentros amorosos).
Con respecto a la alimentación, no somos glotones, pero nos gusta saborear, solemos hacer más de una comida diaria, somos algo milindrosos en nuestra dieta.
Aunque dicen que los perros son más cariñosos que nosotros, somos capaces de dar tanto amor como recibimos.
Nos consideran una especie muy peculiar, afortunadamente el misticismo y leyendas acerca de nosotros, quedó en la historia, durante la edad media miles de antepasados nuestros fueron salvajemente martirizados por falsas supersticiones.
No tengo siete vidas, para conservarme sano necesito que me des cariño y me lleves al veterinario, si no me pondré tan enfermo como cualquier mascota descuidada por su dueño.
No odio el baño, siempre y cuando me acostumbres a él desde cachorro. Para hacerlo bien, utiliza agua templada, productos que no irriten mi piel ni mis ojos, y sécame bien al salir, cuidado con el secador de pelo, podrías quemarme.
Aprende a entenderme, para saber si estoy enfadado, observa mis pupilas y mis orejas: si entorno los ojos y ronroneo, es que estoy a gusto; si mis pupilas se dilatan y pongo las orejas erguidas, es que algo me llama poderosamente la atención, y si me ves bajando las orejas hacia los lados, ten cuidado, eso es que estoy alerta y puedo atacar en cualquier momento.
Cada uno de mis maullidos, dependiendo de la intensidad significa una cosa diferente. El ronroneo y el arrullo son sonidos sordos y de baja intensidad que suelen utilizarse para llamar la atención del dueño, pedir algo o, simplemente saludar. El conocido miau, con un sonido de media intensidad tiene multitud de significados; ruegos, demandas, quejas, desconcierto, hambre. Y los sonidos de alta intensidad, bufidos y chillidos los empleamos para comunicarnos con nuestros congéneres en época de celo o situaciones amenazantes.
No me llevo mal con los perros. Podemos ser grandes amigos si crecemos juntos y tenemos un hogar que sepa tratarnos al gato como gato y al perro como perro. Los que no nos conocen, dicen esto, porque nosotros, los felinos, cuando nos convertimos en los reyes del hogar no aceptamos de buen grado la llegada de otra mascota al hogar, sea un gato, un ratón o un loro.
Con nosotros no valen las imposiciones, los castigos, los gritos o la indiferencia. Somos seres vivos, sentimos el dolor, hambre, frío, tenemos sentimientos, pero también tenemos... dignidad.
peqesp@hotmail.com