TORREÓN, COAH.- La violencia intrafamiliar se mantiene latente, incluso puede culminar con un asesinato o lesiones leves. Sin embargo más de un 80 por ciento de las denuncias que se presentan en la Agencia del Ministerio Público por agresión física no se consignan porque las mujeres otorgan el perdón a sus maridos: temen que las dejen de mantener.
De acuerdo a información proporcionada por Jesús Alberto Cabrera Hernández, coordinador de Agencias del Ministerio Público de la Procuraduría General de Justicia en el Estado, delegación Laguna I, más de un 80 por ciento de las denuncias que se presentan por violencia intrafamiliar no llegan a su fin.
Por semana, asegura, la PGJE recibe un promedio de cinco denuncias por violencia intrafamiliar: “el problema es que la denuncia es a petición de parte, es decir, él o la ofendida puede otorgar el perdón, las mujeres son quienes en la mayoría de los casos presentan las denuncias”.
Las mujeres alegan: incumplimiento del marido para sostener económicamente a la familia, agresión física y verbal. “Esto acarrea de entrada la presentación de la querella para formular cargos, pero en la gran mayoría de los casos se retractan de la denuncia, por eso el proceso penal queda inconcluso”.
Jesús Alberto Cabrera Hernández dice que la PGJE nada puede hacer por continuar con el proceso penal, pues la parte ofendida tiene todo el derecho según la ley de otorgar el perdón a su esposo o el agresor.
“Esto debe atacarse de fondo, en casi todos los casos nosotros hemos constatado de que la mujer depende económicamente en un 100 por ciento del esposo y ante el temor de que se divorcie o la deje de mantener, les otorgan el perdón, reacciona de una manera contraproducente”.
El marido, dice, no conforme con agredir a la mujer se ha presentado el caso de que renuncian a sus trabajos con tal de no tener la obligación de mantener a su familia, incluso se van a vivir a otra ciudad para evadir responsabilidades.
“Se desintegra la familia y luego surge el problema de quién se va a ser cargo de la manutención de los hijos, después comienzan a vivir de arrimados con sus padres o familiares, por eso la dependencia económica impide que la mujer opte por retirar los cargos”.
Sin embargo, Jesús Alberto Cabrera Hernández aclara que la mujer tiene derecho a recibir la manutención económica al igual que los hijos: “el problema es que el esposo con el afán de no darle nada de dinero deja de trabajar y ahí por más que la ley quiera proteger a la mujer, no se puede hacer nada por obligarlos a proporcionarles dinero”.