POR Socorro de la Luz Muñoz Yáñez
El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- A dos días de que termine el presente 2002 la economía internacional sigue sin mostrar signos reales de recuperación.
El panorama, en las diferentes partes del globo (América del Norte, América Latina, Unión Económica Europea y el continente asiático), es adverso. En América Latina, fueron los países sudamericanos quienes mostraron las tendencias más alarmantes en términos económicos y políticos: Argentina y su agobiante situación económica; Brasil y su enorme deuda externa; Venezuela y su inestabilidad política que desencadenó un inesperado desabasto petrolero.
En Estados Unidos fue la vulnerabilidad financiera y bursátil una constante a lo largo del año, aunado a los cambios en los esquemas del consumidor norteamericano y la amenaza del terrorismo. Fueron México y Canadá a quienes más perjudicó esta endeble situación en Estados Unidos. En México la disminución del comercio internacional, los nulos acuerdos de reformas estructurales, y las crecientes tasas de desempleo fueron las tres principales características económicas, a pesar de la ?estabilidad de sus principales variables Macroeconómicas?.
Los países que integran la Unión Económica Europea presentan una panorama menos recesivo, quienes han mantenido una tasa de crecimiento del dos por ciento anual, no obstante, siguen sin generar perspectivas reales de crecimiento, aunado a la inestabilidad monetaria que causó la introducción del Euro y la problemática de desempleo que persisten en la mayoría de los países que integran esta zona.
El continente asiático es quien muestra el panorama más contrastante de las cuatro regiones económicas analizadas. Los países asiáticos constituyen una fuente importante de reservas, así como el potencial productivo, de inversión y consumo más importante del mundo, sin embargo, su diversidad de regímenes políticos, así como los contrastes sociales funcionan de forma negativa en el balance final de la zona.
No obstante, son las perspectivas de la economía estadounidense y de América Latina, las que inciden de forma inmediata dentro de nuestra economía nacional; a continuación se detallan algunos aspectos relevantes de estas zonas económicas.
¿Persistirá la debilidad
económica en Estados Unidos?
El último dato relevante acerca de la economía en la Unión Americana lo dio la Reserva Federal, el pasado seis de noviembre, cuando redujo sus tasas de referencia de 1.75 por ciento a 1.25 por ciento con el objetivo de impulsar la demanda agregada. Esta medida resultó contraproducente, pues aumentó los temores sobre un posible estancamiento, en particular, sobre la confianza de los consumidores y el rendimiento de las inversiones. Este escenario, contrajo una depreciación del dólar frente al euro de 11.6 por ciento con respecto al promedio del primer trimestre.
En tanto, la recuperación de esta economía dependerá en primer término de la evolución del consumo privado, la cual se determinará por el ingreso disponible constituido por la riqueza de las familias y las condiciones del mercado del crédito. Por otro lado, también dependerá de la inversión, y bajo este marco consideramos que los datos de consumo e inversión señalan una débil pero sostenida recuperación para el 2003.
Empeoran las condiciones
de vida en Latinoamérica
En América Latina se estima que la actividad económica cayó 0.5 por ciento en el presente año, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
En 2002, esta región transfirió recursos financieros netos al exterior por primera vez desde finales de los años ochenta, los términos del intercambio siguieron deteriorándose y la inflación subió al 12 por ciento, el doble que en 2001, tras ocho años de declinación.
Como consecuencia de estos resultados, las condiciones de vida empeoraron y se estima que aumentó en siete millones el número de personas pobres. La tasa de desempleo a un 9.1 por ciento, mientras que las remuneraciones reales cayeron, 1.5 por ciento. Entre otros signos de debilidad del mercado laboral se destaca el incremento a la informalidad.
A pesar de lo anterior, al contar el segundo trimestre la región muestra una recuperación incipiente, ya que una parte significativa de la variación se explica por la desaceleración del crecimiento durante el 2001. El cuarto trimestre del 2002 presentó un aumento del dos por ciento, lo cual marca una tendencia positiva para el próximo año. No obstante, esta recuperación estará sujeta a la estabilidad política y financiera que muestren las economías sudamericanas, así como de los signos de recuperación en Estados Unidos.
El argumento sobre la recuperación económica internacional para el 2003 sigue siendo endeble.
Los signos recesivos aún persisten en las economías más importantes, toda vez que se ha observado un cambio en los esquemas de consumo y de inversión. El comercio exterior, quien había funcionado como motor de crecimiento en los países emergentes no apareció en 2002, al contrario, actuó como mecanismo de contagio en el proceso de desaceleración presenciado en 2001y de una débil recuperación este año, como claro ejemplo se encuentra México y Estados Unidos.
No obstante, el comportamiento cíclico de la economía marca una recuperación de la economía internacional, la clave estará en que los principales actores funciones en aras a este repunte industrial.