Reuters
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II pidió el martes a los guerrilleros izquierdistas de Colombia que liberen a un obispo secuestrado y que no le hagan daño.
Presuntos miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) secuestraron el lunes al obispo Jorge Enrique Jiménez, en las afueras de la capital, Bogotá, según el ejército.
El Papa dijo que estaba orando para que los secuestradores "reconsideren" lo que habían hecho y les pidió "liberar a los secuestrados y abandonar todas las formas de violencia".
Juan Pablo hizo el llamamiento en un telegrama enviado en su nombre por su secretario de Estado al jefe de la conferencia de obispos de Colombia.
Además de ser obispo de la ciudad colombiana de Zipaquirá, Jiménez es, más significativamente, presidente del CELAM, la conferencia que agrupa a todos los obispos católicos de América Latina.
Las FARC, un grupo izquierdista que desde hace 38 años mantiene una guerra que ha costado miles de vidas al año, usualmente no ofrecen comentarios de inmediato sobre sus acciones y no han indicado si estuvieron involucradas en el secuestro.
En el pasado, los rebeldes han secuestrado a sacerdotes por breves períodos y luego los han liberado con mensajes para las autoridades.
El cardenal Giovanni Battista Re, jefe de la Comisión Pontifical del Vaticano, envió un telegrama separado demandando la liberación de Jiménez y del sacerdote Desiderio Orjuela. Re calificó los secuestros de "gesto inhumano".
"Desde el Vaticano, esta comisión pontifical emite un enérgico llamamiento a los responsables de un acto tan abominable a que respeten la vida, la libertad, la dignidad humana y el ministerio del distinguido miembro de la jerarquía latinoamericana y del sacerdote y los liberen inmediatamente", dijo Re.
Las FARC, el principal grupo guerrillero de Colombia, lanzaron una campaña de secuestros de políticos y otras personas prominentes, en un intento por forzar la liberación de rebeldes encarcelados.
En febrero, después que las conversaciones de paz entre las FARC y el gobierno se suspendieron, los guerrilleros secuestraron a la candidata presidencial Ingrid Betancourt, quien todavía se encuentra retenida.
La Iglesia goza de gran respeto entre la población mayoritariamente católica de Colombia y ha jugado un papel en los contactos preliminares para conversaciones de paz.
Más de 20 sacerdotes católicos y dos obispos han sido asesinados por las guerrillas, los paramilitares o las bandas de narcotraficantes desde 1989.
El jefe del ejército, general Carlos Alberto Ospina, dijo que las autoridades ofrecían una recompensa de 35,000 dólares por información que conduzca a la liberación de Jiménez.
El país fue conmocionado en marzo cuando desconocidos --aparentemente al servicio de narcotraficantes-- asesinaron al arzobispo de Cali, Isaías Duarte Cancino, al salir de una iglesia en un vecindario pobre donde acababa de celebrar una boda.
El presidente Álvaro Uribe fue elegido en agosto en parte por sus enérgicas críticas a las conversaciones de paz con las FARC.