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Ciudad del Vaticano.- El papa Juan Pablo II afirmó el sábado que se requieren leyes “justas” y “claras” para garantizar el pluralismo y la libertad en los medios de comunicación, a los que pidió estar al servicio de las personas y la sociedad.
“Aquellos que trabajan en los medios y hacen cultura, creyentes y no creyentes, deben tener alta conciencia de su responsabilidad, sobre todo de frente a los sujetos más indefensos, que a menudo están expuestos a programas llenos de violencia”, advirtió.
El pontífice habló del papel de los medios de comunicación en un discurso dirigido a los participantes en el simposio “Palabras mediáticas: hacer cultura en el tiempo de la comunicación”, organizado por la Conferencia Episcopal Italiana. Juan Pablo II criticó “los programas llenos de violencia y de visiones distorsionadas del hombre, de la familia y de la vida”.
“Las autoridades públicas y las asociaciones para la protección de los espectadores están llamadas a trabajar, según sus propias competencias, a fin de que los medios conserven alta su finalidad primaria al servicio de las personas y la sociedad”, acotó.
El papa destacó que la ausencia de control y de vigilancia en los medios no es garantía de libertad “como muchos quieren hacer creer”.
Más bien, dijo, tal ausencia “termina por favorecer un uso indiscriminado de instrumentos potentísimos que, utilizados mal, producen efectos devastadores en las conciencias de las personas y en la vida social”. “En un sistema de comunicación cada vez más complejo y de extensión planetaria, sirven también reglas claras y justas como garantía del pluralismo, de la libertad, de la participación y del respeto de los usuarios”, enfatizó.
El papa llamó a los participantes en el congreso (a los que recibió en el aula Paulo VI del Vaticano) a determinar las vías para una comunicación del Evangelio según los lenguajes y la sensibilidad del hombre contemporáneo. “Somos conscientes de que las rápidas transformaciones tecnológicas determinan, sobre todo en el campo de la comunicación, una nueva condición para la transmisión del saber, la convivencia entre pueblos, la formación de estilos de vida y mentalidad”, dijo.
Recordó que la comunicación genera cultura y que la cultura se transmite mediante la comunicación. Pero insistió en que la comunicación debe tener al centro la dignidad de las personas, la capacidad de ayudar a enfrentar los grandes interrogantes de la vida humana, el compromiso de servir con honestidad al bien común.
Dijo que se requieren obreros de la comunicación que, con el genio de la fe, sepan hacerse intérpretes culturales modernas.
Los mismos, agregó, deben comprometerse “a vivir esta época de la comunicación no como tiempo de alineación y extravío, sino como tiempo precioso para la búsqueda de la verdad y para el desarrollo de la comunicación entre las personas y los pueblos”.
El pontífice subrayó que la evangelización misma de la cultura moderna depende en gran parte del influjo de los medios de comunicación.