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Pide la Casa Blanca elecciones anticipadas

AP

CARACAS, VENEZUELA.- Estados Unidos dio un espaldarazo a la oposición del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al pedirle ayer que llame a elecciones anticipadas, en medio de una huelga general de 12 días que ha paralizado las exportaciones petroleras.

“Estados Unidos está convencido de que el único camino pacífico y políticamente viable para salir de la crisis es a través de la celebración de elecciones anticipadas”, dijo la Casa Blanca en una declaración escrita.

Sin embargo, Chávez dijo no haberse enterado del llamado lanzado por Washington. “No conozco ningún comunicado al respecto, así que no puedo opinar nada de eso”, declaró a la periodistas después de que el texto fue difundido.

Casi de manera simultánea, Standard & Poor anunció que recortaba la calificación de la deuda en moneda extranjera a largo plazo de Venezuela porque, según explicó, la huelga general amenaza con provocar un caos económico.

“El recorte y el panorama negativo reflejan un incremento de la probabilidad de incumplimiento de pagos, dado el ambiente de creciente polarización política, divisiones sociales críticas y una parálisis económica debido a las huelgas en curso”, dijo un comunicado de S&P.

La agencia también recortó la calificación de crédito de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), centro del conflicto, alegando que tiene un “panorama negativo”.

El planteo de la Casa Blanca se produce un día después de la llegada a Caracas del subsecretario adjunto para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Thomas Shannon, quien el jueves se reunió con el secretario general de la OEA, César Gaviria, para analizar la crisis de Venezuela.

Shannon, quien ayer se entrevistó con el canciller Roy Chaderton, declaró en la víspera que “tenemos la buena voluntad en ayudar a buscar una salida pacífica, democrática, constitucional y electoral a un conflicto político que realmente ha paralizado al país y que nos tiene a todos preocupados”.

Al concluir la reunión entre ambos funcionarios, Chaderton dijo que hablaron de diversos temas, incluído el petrolero, y reiteró la posición del gobierno venezolano de que “no puede haber ninguna solución que no pase por la constitución”, que permite llamar a un referendo revocatorio cuando Chávez cumpla la segunda mitad de su mandato, en agosto del 2003.

Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, país que suministra el 14 por ciento de las importaciones de petróleo que realiza Washington, han pasado por momentos de tensión debido a que Chávez se ha acercado a gobiernos enemigos de la Casa Blanca, como el de Cuba, Libia e Iraq.

Sin embargo, Estados Unidos había mostrado una actitud más cauta después de abril, cuando el gobierno de George W. Bush fue duramente criticado por el apoyo dado al gobierno golpista que desplazó brevemente del poder a Chávez.

Chávez: hacia

la normalidad

El “paro cívico”, que comenzó el dos de diciembre, se ha convertido en una batalla entre el gobierno y la oposición para controlar la vital industria petrolera, que suministra el 80 por ciento de los ingresos por exportación de la nación sudamericana.

Antes de la huelga, Venezuela exportaba 2.7 millones de barriles por día de crudo.

Empleados rebeldes de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) anunciaron el jueves que se mantendrán en paro hasta que Chávez dimita y llame a elecciones.

Pero Chávez dijo el viernes que “la situación viene evolucionando de manera progresiva hacia la normalidad”.

“Quienes hicieron todo lo que pudieron para tratar de robarle al país su Navidad, para tratar de robarle al país su paz, para tratar de robarnos la alegría, fracasaron estruendosamente”, expresó.

El objetivo de los grupos sindicales, empresariales, políticos y civiles opositores es celebrar elecciones anticipadas tras la renuncia de Chávez, quien llegó hace cuatro años al poder con el apoyo de más del 50 por ciento de la población y aún conserva más del 30 por ciento del respaldo popular, según la última encuesta.

Chávez, quien encabezó un fallido golpe de Estado en 1992, ganó la presidencia al capitalizar el descontento de millones de venezolanos decepcionados y empobrecidos por los gobiernos previos de Acción Democrática (socialdemócrata) y Copei (socialcristiano), que se alternaron el poder por 40 años.

La oposición tiene previsto para este viernes, entre otras acciones para apoyar sus demandas, una marcha desde una de los edificios de PDVSA hasta el exclusivo barrio de Las Mercedes.

A su vez, unos 500 seguidores de Chávez se concentraron en los alrededores del palacio de Miraflores, sede del gobierno para manifestarle su apoyo.

Carlos Romero, un empleado público de 36 años, dijo que “estamos aquí para defender a nuestro presidente, nuestro petróleo que es de todos”.

Las consecuencias del paro

El paro mantiene parcialmente cerrados los comercios, causó la suspensión de la mayoría de los vuelos locales y ha levantado temores entre los venezolanos que hacen largas filas frente a establecimientos comerciales y bancarios previendo una futura escasez de alimentos y combustible.

Pero Chávez, quien es acusado por sus enemigos de querer instaurar un gobierno comunista, ha ordenado la custodia con militares de las estaciones de gasolina y de las instalaciones petroleras, virtualmente paralizadas por la falta de personal especializado que se sumó al paro.

Analistas políticos han advertido reiteradamente que Venezuela podría estar al borde de un estallido violento si las dos partes enfrentadas no negocian un acuerdo en los próximos días.

Sin embargo, el secretario general de la OEA reconoció el jueves que “las partes no están cerca de encontrar una solución”.

Asimismo, la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) alertó el viernes en un comunicado que la escalada de enfrentamientos de los últimos días “amenaza con convertirse en una tragedia nacional”.

“Todavía estamos a tiempo para evitar esa trágica ruptura social. Es imperativo buscar salidas que sean pacíficas, democráticas, políticas”, dijeron los obispos.

El conflicto volvió a estallar en la noche del jueves en las calles de Cracas, donde partidarios y opositores a Chávez se enfrentaron a gritos y pedradas en una plaza y fueron separados por las fuerzas policiales y militares con gases lacrimógenos y disparos de perdigones.

En la refriega resultaron heridos dos agentes, uno de ellos por una bala, según la policía.

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