NUEVA YORK, N.Y.- Los jugadores y los dueños de las Ligas Mayores de Beisbol de Estados Unidos lograron un acuerdo laboral ayer, justo a tiempo para evitar una huelga que amenazaba provocar una catástrofe en el popular deporte.
El acuerdo surgió al término de 11 horas de conversaciones en Nueva York y fue presentado en una conferencia de prensa a las 13:00 hora local (1700 GMT), por el comisionado de las Ligas, Bud Selig Donald Fehr, presidente del sindicato de jugadores, confirmó que no habrá huelga y que por lo tanto se jugarán todos los partidos programados para el viernes y días siguientes.
?No hay huelga?, dijo Fehr sin entrar en detalles, aunque otras fuentes dijeron que, entre otras cosas, los jugadores habían aceptado la aplicación de un impuesto para los clubes con planillas más altas, a cambio del compromiso de que no se eliminarán equipos al menos hasta el 2006.
El presidente George W. Bush aplaudió la solución del conflicto, según dijo el portavoz de la Casa Blanca Scott McClellan.
?Como todos los americanos, el presidente está complacido porque los propietarios y los jugadores se han puesto de acuerdo para resolver sus diferencias y evitar una huelga?, dijo McClellan a la prensa en Crawford, Texas, donde Bush, un ex dueño del equipo de beisbol Rangers, pasaba el verano boreal.
La amenaza de la novena huelga del beisbol profesional estadounidense desde 1972 había enfurecido a los aficionados, quienes no entendían las dificultades de los poderosos propietarios y los muy bien pagados jugadores para acordar cómo repartirse los miles de millones de dólares que el deporte genera cada año.
Una nueva huelga, cuyo inicio estaba marcado para ayer en la tarde, habría sido desastrosa para el pasatiempo favorito de los estadounidenses, golpeando a una base de aficionados todavía renuente a llenar los estadios desde que en 1994 otra paralización obligó a cancelar la Serie Mundial por primera vez en 90 años, dijeron comentaristas.