Querida Secretaria:
Aprende a ser más afortunada
Dile adiós al infortunio con estas ventajosas maneras que pueden mejorar tu destino. Si tú piensas que la vida no te ha proporcionado una buena estrella, ¿por qué no conseguirte una mejor? Lo cierto es que con tan sólo desearlo no vas a cambiar tu destino, sino luchando por lograrlo. Afortunadamente para ti aquí están cuatro estrategias que garantizan el éxito:
Aumenta tu preparación
En lo que respecta a construir tu buena suerte, la preparación es clave. Pero esto requiere mucho más que el actualizar tu resumé para obtener otro empleo. Para eliminar obstáculos tienes que superar a la competencia. Pregúntale a ti misma qué es lo que te dará la ventaja sobre alguien. Por ejemplo: Investiga e infórmate acerca del nuevo empleo que deseas adquirir, para que puedas hacer preguntas inteligentes a tu entrevistador.
Prepara tus propias oportunidades
Ciertamente puedes quedarte sentada esperando que llegue a tu puerta una promoción. Pero si la oportunidad no llega pronto, búscala o invéntala.
El truco para crear una oportunidad es el pensar creativamente. Planea, visualiza lo que quieres, cómo obtenerlo y cómo va a resultar. Sin embargo, si estás trabajando bien y buscas constantemente oportunidades, puedes estar segura que las vas a encontrar.
Saca el mejor provecho del momento
La vida es un juego, en un gran porcentaje. El detectar una oportunidad es una cosa; tener las agallas para entrarle es otra situación muy diferente. Tienes que arriesgarte a fallar o fracasar, ése es el riesgo. No tienes que pisar tu orgullo para alcanzar el éxito, tan sólo tienes que atrapar la oportunidad con sutileza.
Ser exitosa “De la noche a la mañana”
Las historias de los éxitos logrados de un día a otro son historias que pertenecen a la lectura ficción. Se puede asegurar que alguien que ha ganado fama y fortuna no ha sido instantáneo, sino que le ha tomado su tiempo lograrlo. El ser persistente paga buenos dividendos; sin embargo, se requiere de paciencia y de un ego que pueda resistir oír la palabra “No” una y otra vez. Pero tiene su truco el aprender a sobreponerse al rechazo. Analiza qué fue lo que te llevó al fracaso y toma medidas para remediarlo. Piensa en la búsqueda de metas como un reto y no como un tormento. Esto te mantendrá motivada.
No me consideres suertuda. Aquí está la verdad detrás de lo que parece ser suerte
MITO: “Qué afortunada fuiste en conseguir este hermoso departamento”.
REALIDAD: “Recorrí casi toda la ciudad por meses, buscándolo”.
MITO: “Qué suerte tienes de ser tan delgada”.
REALIDAD: “Me esfuerzo para lograrlo siete días a la semana”.
MITO: “Qué suerte tienes de tener tanto dinero ahorrado”.
REALIDAD: “He seguido una disciplina con mis entradas que me ha permitido economizar regularmente”.
MITO: “Qué suerte tienes que te aprecie tu jefe”.
REALIDAD: “Yo me exprimo los sesos cinco días a la semana para atenderlo debidamente”.
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