Querida Secretaria:
(Segunda parte)
El escabroso camino hacia el éxito
Continuamos con las verdaderas reglas del trabajo –las que te mantienen equilibrada, productiva y también feliz.
Regla No. 6: No porque estés rodeada de personas engreídas te hagas igual que ellas
Cuando haces memoria de tu vida de trabajo, los empleos que recuerdas con más gusto son aquéllos en los que el personal se trataba con respeto. Las personas maliciosas, sarcásticas, despectivas, altaneras, verbalmente insultantes, no son profesionales, no importa lo lejos que hayan llegado o qué tanto dinero tengan. El problema es que algunas personas arbitrarias obtienen posiciones encumbradas, y es cuando tú empiezas a considerar que únicamente los déspotas y las “primadonas” salen adelante.
Tú sola no puedes cambiar una atmósfera desagradable porque no puedes detener a los arrogantes o maliciosos. Sin embargo, sí puedes rehusarte a bajar a su nivel. La decencia humana básica es hoy como nunca, un requisito indispensable. La gente que triunfa es la que puede persuadir a sus compañeros a actuar bien –y es algo que no puedes lograr imponiendo órdenes.
Regla No. 7: Para ascender más rápido, aprende lo que tiene valor en la cultura tribal de tu empresa
No importa qué tan talentosa o brillante seas, no te tomarán en serio hasta que alcances la marca que cuenta en tu empresa. Entérate de lo que son tus compañeros y qué han logrado: ganar un litigio, conseguir una cuenta, organizar un evento, lo que sea. Una vez que conozcas estos sucesos, lances, comentarios, tus opiniones, como por magia, tendrán mucho valor entre tus colegas.
Regla No. 8: Si tienes que llorar corre –no camines- al tocador de damas
En las empresas donde hay más mujeres que hombres, los ocasionales desplegados emotivos pueden ser parte de la oficina. Pero en general, no llores en público. Hay una tendencia muy fuerte en nosotros de sentirnos víctimas; refrena ese sentimiento y no busques quién te compadezca. Aguántate, contrólate y espera a que puedas desahogarte con una amiga, una hermana o tu terapeuta.
Regla No. 9: Saca provecho de tus fallas
Probablemente no son tan nefastas como crees. Recuerda que estampada en algún lugar dentro de cada defecto, está una ventaja escondida. De hecho, la gente que tú admiras probablemente haya tenido los mismos sentimientos, pero fueron lo suficientemente sensibles para considerarlos como peculiaridades.
Así pues, si te sientes embrollada antes de las 10 a.m. o requieres de un horario rígido para terminar un trabajo, o tienes la tendencia de atropellar a la gente o hacer comentarios sin tino –eres humana como los que están a tu alrededor. Pero sí es necesario que te des cuenta que no puedes decir todo lo que pasa por tu cabeza. Así pues, aprende a controlar tus impulsos.
Regla No. 10: Aún cuando no te guste tu trabajo, trata de sacarle algún beneficio
Hay siempre algo importante qué aprender aún del más sencillo trabajo y probablemente esa lección está enfrente de ti.
Quizás lo que tengas que aprender es empezar a estar de pie por ti misma y a valorar tus instintos estelares. Tal vez necesitas darte cuenta que estás siguiendo un camino en tu carrera que es completamente opuesto a tu verdadera naturaleza. O posiblemente tan sólo necesitas una luz para darte cuenta que se trata únicamente de un trabajo y al finalizar el día te vas a tu casa. Aún el peor trabajo de tu vida tiene algo qué enseñarte y a la larga vas a estar agradecida por la lección.
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