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México, D.F.- La esposa del presidente Vicente Fox Quesada, Marta Sahagún pidió, ante la imagen de la Virgen de Guadalupe, en la Basílica, fortaleza para la administración que encabeza su marido y para el pueblo de México.
Momentos antes, Marta de Fox develó una placa junto al Ahuehuete que junto al jefe del Ejecutivo Federal regaló al Papa Juan Pablo II, durante su quinta visita a México, y cuyo ejemplar gemelo fue sembrado en los jardínes del Estado Vaticano.
De manera imprevista, al término del evento, la señora Sahagún de Fox caminó por la glorieta de San Juan Diego, en el atrio de la Basílica, al interior del templo, lo que provocó una gran movilización de los representantes de los medios de comunicación y curiosos, así como del personal de vigilancia.
En el interior, en el pasillo eléctrico, que es utilizado por los presidentes para mirar a la Guadalupana, Marta Sahagún de Fox se detuvo unos momentos para orar, pedir como ella misma lo refirió en entrevista "porque la Virgen abrace al pueblo de México, bendiga y no lo desampare".
Refirió que en especial pidió "porque el presidente Vicente Fox tenga entereza como ser humano y líder de esta nación, para que junto a su pueblo, sin distinción de religión o partido político, pueda sacar adelante a este país".
La señora de Fox comentó que además de sus peticiones a la Virgen del Tepeyac también agradeció por la vida misma, por estar rodeada de sus seres queridos y por la oportunidad de trabajar y servir a los demás.
Al preguntarle si se valía recurrir a Dios para gobernar, dijo que de manera personal quienes son creyentes de cualquier religión piensan que las personas no sólo son cuerpo, sino espíritu, además de "que la fortaleza no sólo la física, sino espiritual y la sabiduría vienen de un ser superior".
Al pueblo de México, la primera dama dirigió un mensaje en el sentido de que esta época es una buena oportunidad para refrendar los compromisos y caminar hacia la solidaridad y la unidad.
El compromiso del Presidente, afirmó, es continuar trabajando, sobre todo para que quienes menos tienen puedan acceder a mejores oportunidades.
En su visita a la Basílica de Guadalupe, luego de cinco meses, la Primera Dama saludó a los cientos de feligreses que se encontraban en el interior del templo y que se acercaba para estrechar su mano.
En la Glorieta de San Juan Diego, en donde el coro de niños del Valle de Chalco amenizó la ceremonia, Marta Sahagún de Fox pidió también por la unidad de los mexicanos, y porque éstos salgan adelante de los retos que plantea el futuro.
Por otra parte, el rector de la Basílica, Diego Monroy, explicó el sentido de sembrar dos ahuehuetes, uno de ellos en el atrio de la Basílica y otro en los jardínes del Estado Vaticano, pues aseguró que ese árbol es representativo de México y en él se muestra la fe renovada y el cariño constante a su Santidad.
Explicó que el ahuehuete de la Basílica fue sembrado por manos indígenas y explicó que por su fuerte arraigo a las tradiciones populares, su vínculo a la historia y leyendas del pueblo mexicano, ese árbol es considerado como uno de los abuelos de los árboles nativos de México, el mejor representante del espíritu de la nación.
La placa develada por la esposa del presidente Vicente Fox cita que un ejemplar gemelo fue obsequiado a su Santidad Juan Pablo II en su quinta visita a México, como muestra de la fe renovada y el cariño constante del pueblo de México.