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BOGOTÁ, COLOMBIA.- El presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, anunció ayer que fortalecerá el programa de recompensa, como parte de la política de seguridad para neutralizar la escalada de violencia que afronta el país.
Tras presidir ayer un Consejo de Seguridad en la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, el mandatario reiteró que aplicará "mano dura contra los actores del conflicto", aunque insistió en el apoyo ciudadano para derrotarlos.
Uribe Vélez advirtió que no descansará hasta dar con los responsables del atentado con bomba que dejó la semana pasada tres heridos y cuantiosos daños materiales en esa ciudad del nororiente colombiano.
"Tenemos toda la determinación de trabajar día y noche para derrotar el terrorismo, para devolverle a esta tierra la paz y la tranquilidad, para lo cual invito a la ciudadanía a ayudarle al Ejército y la Policía", dijo.
Según el gobernante, la población tiene que ser cooperante con las fuerzas militares y policiales en la tarea de localizar y capturar a los responsables de esto tipo de acciones.
Recordó que hay en marcha una plan de recompensas, la cual será fortalecida porque existe una decisión clara de "acabar con el terrorismo y no nos podemos dormir. Camarón que se duerme se lo lleva la corriente", apuntó. La estrategia gubernamental permitió el viernes al Ejército ubicar y rescatar con vida al presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), Jorge Enrique Jiménez, tras una semana de permanecer en poder de rebeldes, en el centro del país.
En la acción militar, que siguió a fuertes combates entre una columna de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y las tropas, fue abatido un guerrillero y capturado otro más.
Uribe Vélez dijo que el tema de la seguridad "hay que trabajarlo de noche, de madrugadita y de tarde para devolverle a los colombianos la paz y la tranquilidad que tanto necesitan".
El gobernante había anunciado el pago de una millonaria recompensa a quien diera informes que facilitaran la localización del religioso, oferta que dio sus frutos el viernes, con la liberación del jerarca católico.