Reuters
París, Francia.- Miles de trabajadores franceses del sector de la energía se congregaron ayer en París para protestar contra planes de privatización parcial, en el primer desafío al nuevo gobierno centroderechista.
Los sindicatos estimaron la asistencia a la manifestación entre 60,000 y 100,000 personas, mientras que la policía indicó que había unos 40,000 manifestantes.
El jefe del sindicato Force Ouvriere (Fuerza Obrera), Marc Blondel, dijo —recordando las marchas de protesta en 1995 y las huelgas que llevaron a la caída del anterior gobierno conservador— que “cuando la gente decide salir a la calle, el gobierno tiene que hacer las conclusiones necesarias”.
Simultáneamente, la aerolínea Air France se preparaba para una huelga de 24 horas, convocada por los sindicatos para protestar por un plan estatal que intenta pasar la mayor parte del capital de la empresa a manos privadas.
La compañía de aviación consideró que la huelga fue un “fracaso”, aunque después admitió que unos 60 vuelos habían sido afectados y que, a consecuencia de ello, tuvo que reagrupar a pasajeros en otros vuelos para que pudieran llegar a su destino.
Tal como había anticipado el sindicato CGT, con vínculos comunistas, muchos de los trabajadores de las plantas energéticas llegaron a París en autobuses y trenes desde distintos puntos del país para participar de la marcha.
“Vinimos a París a decir que no estamos de acuerdo con toda la apertura del capital de EdF. Queremos defender el servicio público”, declaró un empleado de EdF a una cadena de televisión.
La manifestación en París es la mayor protesta organizada por los sindicatos contra la política de privatizaciones del primer ministro Jean-Pierre Raffarin, quien asumió el poder en junio tras cinco años de gobierno de la izquierda.
“El mensaje fue escuchado fuerte y claramente. Tienen el derecho de hacer esto”, dijo el portavoz del gobierno francés, Jean-Francois Cope.
Los sindicatos insistieron que su meta principal es defender el servicio público de la energía y los empleos, los salarios y los beneficios de jubilación.
La Comisión Europea, con sede en Bruselas —que está usando sus poderes para presionar por el levantamiento de las regulaciones en los mercados de energía de la Unión Europea— salió de inmediato a la contraofensiva, consciente de que muchos empleados de EdF la culpan de lo que está sucediendo en Francia.
El comisionado europeo Mario Monti, encargado de la política de competencia en el bloque de 15 naciones, dijo a la emisora radial France Inter: “Europa es totalmente indiferente a que el capital de EdF y GdF esté en manos públicas o privadas. La comisión es neutral en ese aspecto. Lo que queremos es poner fin a los monopolios, que son perjudiciales para los consumidores”.
Monti agregó que los consumidores terminan pagando precios más bajos por bienes y servicios cuando las empresas tienen que competir entre sí.
La protesta ha generado una inmensa cobertura de la prensa y comentarios de que es la primera vez que un gobierno conservador enfrenta una protesta tan fuerte desde las gigantescas huelgas de 1995, que en última instancia hicieron caer al gobierno centroderechista.