Podrían ser Álamos y San Sebastián bienes culturales de la humanidad
SUN-AEE
MÉXICO, D.F.- Por su valor cultural y natural, los poblados históricos de Álamos, en Sonora, y de San Sebastián del Oeste, en Jalisco, podrían ser declarados Patrimonio de la Humanidad.
Los sitios forman parte de las propuestas que México, por medio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), presentará a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), organismo que analizará el planteamiento.
En la publicación El Patrimonio de México y su Valor Universal, el INAH menciona que Álamos, pueblo minero fundado en la segunda mitad del siglo XVII, destaca por sus portales y arquitectura doméstica virreinal y por la armonía que logran sus construcciones del siglo XIX.
“Su traza es de forma irregular siguiendo los accidentes topográficos, lo que dio origen al surgimiento de sinuosas calles y callejones que forman interesantes rincones urbanos de ángulos atractivos”, detalla el organismo cultural en la descripción del sitio.
La zona de monumentos históricos de la población de Álamos está integrada por 70 manzanas, en las que se ubican 188 edificios construidos entre los siglos XVII y XIX y entre ellos destaca el Templo de Nuestra Señora de la Purísima Concepción (1629), el hotel Los Portales (1790), y el Palacio Municipal (1899).
Álamos es importante también, porque en ella se estableció en 1828 la primera y más importante Casa de Moneda de las tres que ocuparon la región y de ella se exportó plata acuñada a los mercados de China, India, Estados Unidos e Inglaterra.
Entre los argumentos que el INAH expone para solicitar la declaratoria de patrimonio de la Humanidad, se encuentra el alto grado de preservación de los inmuebles civiles, los cuales muestran los estilos barroco y neoclásico matizados por el empleo de materiales de la región y su peculiar ornamentación.
Este poblado -declarado Zona de Monumentos Históricos en noviembre de 2000- cuenta también con dos plazas: la de Armas (espacio abierto de grandes proporciones, con jardines y árboles, rodeado de los edificios más característicos de la población), y la Alameda.
Sobre el poblado histórico de San Sebastián del Oeste, el INAH precisa que este sitio se fundó el 20 de enero de 1605 cuando se descubrieron las minas del lugar.
Durante la época virreinal, fue uno de los centros mineros que llegó a tener, en 1785, un total de diez haciendas de beneficio de oro y plata y cerca de 30 minas. La localidad dejó de ser pueblo en 1812 y se convirtió en ciudad, llegando a su madurez en 1830.
Ubicada en la zona sur-central del Estado de Jalisco, el poblado conserva su traza original, que junto con el entorno natural representan un ejemplo único en cuanto a la evolución y preservación de un asentamiento tradicional de carácter vernáculo.
Lo que le da un carácter único al lugar son sus plazas públicas, los callejones sinuosos, los empedrados originales, los portales, los tapancos y las techumbres de madera y teja, así como muros de contención de gran tamaño y rodapiés que protegen a las fincas de la humedad.
Asimismo, se encuentra rodeado de bosques de pino que integran además una especie única en el mundo de encino, vegetales endémicos y más de 50 tipos diferentes de orquídeas. En esta zona se encuentran una amplia gama de insectos y animales como venado, guacamayas, ocelotes, pumas y coyotes.
“Las características formales del poblado, la relación de espacios, la estructura urbana intacta y la conservación de elementos relacionados con la minería son elocuentes testimonios de excepcional valor que distinguen a esta población”, precisa el INAH.
Las propuestas de México para que los poblados históricos de Álamos, en Sonora, y de San Sebastián del Oeste, en Jalisco, sean declarados Patrimonio de la Humanidad tendrán que ser evaluadas por los países representados en la Convención de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Recintos religiosos
La lista incluye inmuebles de tipo religioso
Tres recintos religiosos localizados en los estados de México, Chiapas y Guerrero se contemplan en la lista de 22 bienes culturales que México solicitará sean incorporados a la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Se trata de los templos de Santa Prisca, ubicado en la población minera de Taxco, Guerrero, y construido de 1751 a 1758; el de la Provincia Zoque, en Chiapas, edificado en el siglo XVI bajo la dirección de frailes dominicos, y los ex Colegios Jesuitas de Tepotzotlán, localizado en la zona norte del Estado de México.
En la lista que se presentará ante la UNESCO, destaca que el Templo de Santa Prisca, con sus dos torres de cantera rosa y cúpula vestida de azulejos policromos, así como su entorno inmediato de gran valor cultural, “debe considerarse como obras maestras del genio creativo humano y un testimonio del espíritu religioso que imperaba en la conciencia novo hispana del siglo XVIII”.
Los ex Colegios Jesuitas de Tepotzotlán, son considerados como una de las grandes obras realizadas por la Compañía de Jesús de la Nueva España; el complejo conserva hoy en día las celdas o dormitorios, la enfermería y la capilla doméstica, así como la cocina, la cava y las fuentes que están fechadas en 1708 y 1740.
En cuanto a los Templos de la Provincia Zoque, el INAH da a conocer en la publicación que este conjunto está conformado por ocho templos edificados en el siglo XVI, a petición de los frailes dominicos para evangelizar a los integrantes de la cultura zoque.
Para el INAH, este complejo de templos “representan un testimonio excepcional de la vigencia de la cultura zoque, cuyos orígenes prehispánicos se remontan a la época de la Cultura Olmeca, la más antigua de Mesoamérica”.