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WASHINGTON, EU.- El Senado de Estados Unidos dio ayer por la madrugada amplia autoridad al presidente George W. Bush para utilizar la fuerza en su confrontación con el líder iraquí Saddam Hussein.
El Senado, liderado por el opositor partido Demócrata, aprobó por 77 votos a favor y 23 en contra una resolución que brinda a Bush la posibilidad de atacar a Iraq a fin de acabar con las armas de destrucción masiva en esa nación.
Previamente, ayer, la Cámara de Representantes aprobó la resolución por 296 votos a favor y 133 en contra.
La resolución va ahora directamente a Bush, quien con su firma la convertirá en ley.
Aunque la resolución alienta a Bush a buscar la cooperación de las Naciones Unidas en su campaña para desarmar a Saddam, no constituye un requisito.
“La Cámara de Representantes ha hablado con claridad ante el mundo y ante el Consejo de Seguridad de la ONU”, dijo Bush ayer. “La amenaza de Iraq debe enfrentarse de manera completa y final”.
Pero el presidente indicó que todavía no ha adoptado decisión alguna en relación a Iraq.
Cuarenta y ocho senadores republicanos y 29 demócratas votaron en favor de la resolución. En contra votaron 21 demócratas, el republicano Lincoln Chafee, de Rhode Island, y el independiente James Jeffords, de Vermont.
El senador Robert Byrd, demócrata por Virginia Occidental, y el enemigo más franco de la resolución, acusó al Congreso de “entregar al presidente una autoridad sin control”.
La mayoría de la oposición demócrata votó contra la resolución en la Cámara de Representantes, a pesar de que el jefe de su bloque, Dick Gephardt, fue uno de sus autores.
Con el apoyo del Congreso, Bush insistirá ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que apruebe una nueva resolución estricta que obligue a Iraq a aceptar inspecciones irrestrictas y el desarme, bajo amenaza de la fuerza si no cumple.
Los demócratas en la Cámara de Representantes instaron al presidente a trabajar en estrecha colaboración con la ONU antes de decidir actuar unilateralmente contra Iraq.
“Pasar completamente por alto la ONU sentaría un precedente peligroso que, sin duda, podrían utilizar otros países en el futuro en perjuicio nuestro y del mundo”, declaró Gephardt.