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PACHUCA, HGO.- Seis directores técnicos ex mundialistas impartieron una mesa redonda aquí, en el marco del Congreso de Futbol que se realiza en la Universidad del balompié de esta ciudad.
Directas e indirectas giran en torno a la esperada mesa redonda. Seis ex mundialistas se encuentran ahí, en la Universidad del Futbol, y dan -a su modo- la bienvenida a un aspirante a unirse al grupo de privilegiados.
Carlos Salvador Bilardo, campeón con Argentina en México 1986 y subcampeón en Italia 90; Miguel Mejía Barón, técnico de México en EU 1994; Xabier Azkargorta, seleccionador de Bolivia en la misma justa; Bora Milutinovic, múltiple entrenador en mundiales con distintas selecciones: desde México 86 hasta Corea-Japón 2002; Javier Clemente, al frente de la Furia Roja en el último certamen; y Alexandre Guimaraes, guía de Costa Rica hacia su segunda Copa del Mundo.
Todos ellos se convierten en "consejeros de lujo" para el argentino Ricardo Antonio Lavolpe, flamante seleccionador nacional rumbo al próximo proceso mundialista.
Al grupo se incorpora, también, Alfredo Tena, técnico del Pachuca y quien fungió como anfitrión.
Los temas brincaron de uno a otro lado de la mesa. Las diferencias, también.
-¿Ganar o gustar? Expone Bora Milutinovic su idea: "Cuando un equipo gana todo mundo es feliz. Si podemos ganar y dar espectáculo, excelente".
La misma pregunta para Tena -quien tiene al Pachuca en el último lugar del Torneo de Apertura 2002. "En este momento, ganar -responde y arranca las risas de los aprendices a técnicos-, porque el clima está frío".
Ya más en serio, acepta: "Cuando no ganas empieza a generarse presión y el futbol exige resultados".
El español Javier Clemente es más pintoresco en su exposición: "Los medios informativos nos acusan de ganar y dar espectáculo, pero creo que está mal dirigida la pregunta. A nosotros no nos deberían responsabilizar de dar espectáculo, porque eso le corresponde a los jugadores".
Insiste en que "nosotros no somos responsables del espectáculo, sino de organizar al equipo, porque si lo tenemos que hacer nosotros: Bora con 54, Carlos con 50. Si tuviéramos que hacer las jugadas que nos requerís no haríamos ninguna. Ya estamos viejitos".
Recuerda Carlos Salvador Bilardo, "este es un tema de hace 35 años". Inmerso en el tema de la comercialización, apuntala: "Rating, rating, rating para la televisión o la radio, como en el futbol es: resultados, resultados, resultados".
Sin embargo, para Bilardo esto se alcanza únicamente con buenos jugadores. "No hay otra cosa que hacer, por más vuelta que le demos".
"Yo puedo decir, a mí me gusta el espectáculo, pero el problema es hacerlo. Decir que te agrada el espectáculo y después jugar con cinco defensores. ¿Qué es lo mejor? Para mí, para la vida, es ganar. Ahora, no le pongan ?a cualquier precio? -dice en alusión a El Clarín-, eso es mentira", comenta.
La noche es fría en la Bella Airosa, pero la mesa redonda empieza a entrar en calor.
Según el doctor Miguel Mejía Barón, "los medios de difusión, los intereses de televisión... eso también pasa en México - critica-. A mí me gusta más ganar. Jugar bien es entre comillas, porque para unos jugar bien es de una manera y para otros, otra muy distinta".
Alexandre Guimaraes prefiere, entonces, presumir sus logros al frente de Costa Rica y la forma en que logró convencer a sus jugadores mediante una línea de tres.
Pero Ricardo Lavolpe le gana en vanidad. "Si pongo tres volantes de recuperación, no es lo mismo que ubicar a dos volantes creativos y uno de recuperación. Entonces sí existen esos equipos que arriesgan un poco más, que van a proponer el partido y a salir a ganar".
El vasco Xabier Azkargorta difiere. "Para mí la táctica se desarrolla en función de los jugadores que uno tiene".
Su exposición se caracterizó por una anécdota chusca, en la que relata cómo se alinea un equipo para la foto. "El fotógrafo no sabe que el lateral se puso en el lugar del volante y viceversa". Después los reacomodan, pero "en la prensa ya salió así".
"Lo único que quería decir con lo de la foto era que yo soy un convencido de que los sistemas tácticos se desarrollan en la función que tú le des a los futbolistas dentro de la cancha con un margen de acción", aclararía.
-¿El mexicano es competitivo o competidor? Mejía Barón no lo pone en duda. Prefiere, entonces, lamentar que la comodidad en la que viven muchos futbolistas en México los aleja del mercado europeo. "Eso provoca un asentamiento. Los jugadores son como los bebés, se adaptan a las costumbres y a las decisiones de los altos jerarcas", dice.
De no ser por eso, "debería haber más jugadores fuera de México".
Coincide Lavolpe: "Existe conformismo y te quedas. La liguilla es algo más económico que futbolístico". Entonces, manda un mensaje a aquellos que lo tachan de ser un técnico sin logros: "Vienen los periodistas y te dicen, ¿por qué no saliste campeón?" Sin miramientos, Azkargorta opina: "Al mexicano lo veo como un futbolista muy ligero, no se aprieta a sí mismo". Pone como ejemplo la anécdota del caballo: "?Mira -dice un hombre-, este animal lleva a mi hijo al colegio, no caga nada y gana todas las carreras?. El amigo se lo compra y pasados los días se queja, ?este caballo reclama todo, se caga en mi casa y no gana nada?. Aquel que se lo vendió contesta, ?sigue hablando así y a ver a quién se lo vendes".
Rememora Mejía Barón sus polémicas decisiones en EU 94. El tema de la terquedad sale a flote.
En aquel entonces lo criticaban porque utilizó a Ramón Ramírez como lateral, siendo un hombre creativo. Él simplemente dice: "No me arrepiento. Encontré a un elemento que jugó perfecto como pivote. No lo vi como 10".
Concluye: "Estoy convencido de lo que hice y recomiendo a ustedes que aunque se equivoquen se mueran con la suya".
Clemente, sin embargo, pone punto final: "Pero vemos y estudiamos lo que los demás nos quieren decir".