REUTERS
CARACAS, VENEZUELA.- Centenares de miles de opositores al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, marcharon ayer por Caracas para exigir su renuncia mientras el mandatario, quien dice que no abandonará el poder, rechazó un llamado de Estados Unidos para adelantar las elecciones.
En el décimotercer día de un “paro cívico” convocado por líderes sindicales, empresariales y políticos, varias marchas masivas recorrieron la capital venezolana al grito de “Fuera!” para presionar al militar retirado a que abandone el cargo, para el que fue electo democráticamente en 1998.
Jolly Bermúdez, una instructora de aeróbicos que venía en una de las marchas desde el centro de la ciudad, dijo: “Estamos marchando por la libertad de Venezuela. El país se paró y dijo, ya basta. El (Chávez) se tiene que ir”.
Los adversarios de Chávez, que marcharon con banderas, pitos, pancartas y cacerolas, lo acusan de conducir un gobierno populista con tendencias autoritarias que ha llevado al país a la ruina económica, con elevado desempleo e inflación.
Sin embargo, el presidente restó importancia al paro, calificándolo de “conspiración golpista” de élites opuestas a su “revolución” a favor de los pobres del país, e insistió en que no renunciará y en que sus enemigos deben esperar a agosto del 2003 para convocar a un referendo que revoque su mandato.
Chávez dijo también que Estados Unidos, que el viernes llamó a elecciones adelantadas para resolver la tensa crisis política en el quinto exportador mundial de crudo, está “confundido” al pedir elecciones antes de lo estipulado por la Constitución.
“No está previsto aquí elecciones adelantadas, yo no creo que el gobierno de los Estados Unidos esté diciéndole al mundo que en Venezuela hay que romper con la Constitución”, dijo el presidente en una entrevista transmitida el sábado por televisoras locales.
“Habría que enviarle un ejemplar de la Constitución para que allí se documente acerca de los caminos que hay aquí”, continuó, mostrando una pequeña copia de la Carta Magna de 1999 del quinto exportador mundial de crudos, que el propio Chávez promovió y ayudó a redactar.
La Casa Blanca dijo el viernes que “Estados Unidos está convencido de que el único camino pacífico y políticamyente viable para salir de la crisis (en Venezuela) es a través de la celebración de elecciones anticipadas”.
En conferencia con periodistas extranjeros el sábado en Caracas, el subsecretario adjunto para el Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Thomas Shannon, defendió la posición de Washington: “necesitamos algún tipo de elecciones adelantadas, lo que sean sólo lo pueden decidir los venezolanos”.
Batalla por el petróleo
El llamado del gobierno de George W. Bush fue visto como un espaldarazo a la oposición, que exige la salida de Chávez y comicios inmediatos como única salida al enfrentamiento entre ambos bandos, mientras el paro, iniciado el dos de diciembre, ha interrumpido las vitales exportaciones de crudo de Venezuela.
Estados Unidos compra a Venezuela el 14 por ciento de sus necesidades diarias de importación de petróleo.
Las relaciones entre Caracas y Washington han sufrido tropiezos durante los casi cuatro años de gobierno de Chávez, por su amistad con gobiernos enemigos de Estados Unidos como Libia, Iraq y Cuba, y por la demora del gigante norteamericano en condenar el breve golpe contra Chávez en abril.
Shannon, quien llegó el viernes al país por dos días, comentó que “si no se encuentra una solución política, podríamos estar al borde de algún tipo de confrontación social (...) estamos muy preocupados sobre lo que está pasando aquí”.
Los líderes del paro de trabajadores en la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) han dicho que no volverán al trabajo hasta que Chávez dimita.
La producción de crudo representa más del 80 por ciento de los ingresos por exportaciones que percibe Venezuela.
En la entrevista, Chávez negó que la petrolera esté parada, aunque PDVSA declaró “fuerza mayor” sobre sus exportaciones de crudo y productos hace una semana para protegerse de acciones legales de sus clientes en caso de no poder hacer entregas.
“No hay paro aquí en Venezuela (...) aquí hay una conspiración petrolera de gerentes que muchos años han trabajado en la empresa petrolera y entonces han comenzado a sabotear, a tratar de parar la empresa”, afirmó, al tiempo que garantizó el suministro petrolero de la nación.
Durante la semana el gobierno decretó el despido de varios de los gerentes líderes de la protesta petrolera.
El viernes zarpó del país el primer buque cisterna cargado de petróleo luego de dos semanas, el “Josefa Camejo” destinado a refinerías de PDVSA en Estados Unidos. Pero más de 40 naves esperan aún por sus cargas frente a los puertos de Venezuela.
Sólo referendo revocatorio
Chávez, quien llegó al poder con una aplastante victoria electoral, seis años después de comandar un fallido golpe de Estado, insistió en que la única manera de que salga del poder antes del fin de su período en el 2007, es la convocatoria a un referendo revocatorio.
“El presidente Chávez puede salir por un referendo revocatorio, si es convocado como manda la Constitución, después de agosto del 2003 (...) no va a salir de aquí por presiones terroristas ni fascistas”, afirmó el mandatario.
Sus comentarios podrían enturbiar aún más el ambiente de unas negociaciones electorales entre el gobierno y la oposición desde noviembre, con el auspicio del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, que hasta el momento no han dado resultados.
La OEA está discutiendo en Washington una resolución para instar a Venezuela a una salida “pacífica, democrática, constitucional y electoral”.
Un funcionario de Estados Unidos, que no quiso ser identificado, dijo que “Venezuela se encuentra en una profunda y seria crisis democrática (...) no es suficiente que el gobierno se siente en la legitimidad institucional cuando el país está en riesgo”.
El diputado opositor Alejandro Armas, uno de los miembros de la “Mesa de Negociación y Acuerdos” para buscar una salida electoral a la crisis, dijo a una radio local que el gobierno “se tapa los oídos” cuando escucha hablar de la renuncia.
“Para ellos hablar de renuncia es como entrar en el territorio del pecado”, dijo al insistir que Chávez debe renunciar o fijar una fecha para unos comicios para el primer trimestre del 2003.