FRANCISCO I. MADERO, COAH.- Las dependencias federales rechazaron el proyecto para la construcción del nuevo rastro municipal por considerar que la edificación de este inmueble es exclusivamente responsabilidad del Municipio.
El presidente municipal Julio Flores Guajardo aseguró en repetidas ocasiones que él colocaría la primera piedra de este proyecto antes de que terminara su administración, sin embargo con la postura adoptada por las dependencias federales, el Municipio tendrá que esperar algún tiempo más para contar con un rastro.
“Nos dijeron que era responsabilidad de nosotros como Municipio, tenemos que construir el rastro con recursos propios, pero nosotros ya no alcanzamos de tiempo aunque tenemos otro plan que daremos a conocer la próxima semana”, dijo.
El Edil informó que el Comité de Seguimiento integrado por el Fonaes, Firco y Fomento Agrope-cuario rechazaron el proyecto donde se contemplaba invertir un millón y medio de pesos.
El proyecto rechazado contemplaba la edificación del nuevo rastro municipal a un costado del tanque de almacenamiento conocido como “Caballo Blanco”, el terreno pertenece al Municipio y el Cabildo autorizó que la obra se construya en este predio, sin embargo las dependencias se negaron a apoyar esta obra.
Flores Guajardo dijo que la construcción de este rastro se fue retrasando porque en un principio el Municipio presentó un proyecto para edificar un inmueble que tenía un costo de 4 millones de pesos.
Las dependencias antes mencionadas analizaron la propuesta y redujeron el monto de la obra a 1.5 millones de pesos, luego se presentó el segundo anteproyecto, de nueva cuenta se le realizaron algunas adecuaciones a la propuesta.
Finalmente a tres semanas de que concluya la administración de Flores Guajardo, las dependencias se negaron a apoyar el proyecto argumentando que el Municipio debe construir el rastro con recursos propios.
El Alcalde anunció que el próximo lunes 9 de diciembre dará a conocer un proyecto para construir un rastro para cabras, con el cual se podría atender la necesidad que tienen los criadores de estos animales de contar con un lugar adecuado para matar a las cabras.