Reuters
CARACAS, VENEZUELA.- El gobierno del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, propuso ayer una tregua navideña a la oposición, que rehusó interrumpir el prolongado paro contra el mandatario que prácticamente ha detenido las estratégicas exportaciones de crudo del país.
El “paro cívico” en reclamo de la renuncia de Chávez, que entró en su cuarta semana, opacó los preparativos de la Navidad, con muchos venezolanos haciendo largas filas tratando de abastecerse de gasolina y bienes esenciales, que comenzaron a racionarse o están agotados.
“En estos días navideños lo más importante es evitar que la violencia cope todo el espacio, y por eso yo pienso que una tregua es sumamente saludable para todos”, dijo el vicepresidente José Vicente Rangel.
Pero Timoteo Zambrano, uno de los representantes de la oposición en las negociaciones con el gobierno que auspicia la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo a la emisora Unión Radio que “hasta este momento el objetivo es continuar el paro y profundizar el paro”.
En el extenso puente sobre el Lago de Maracaibo, en el oeste del país y de donde se extrae casi la mitad del petróleo del quinto exportador mundial de crudo, la Guardia Nacional dispersó con gases lacrimógenos y perdigones a un pequeño grupo de manifestantes que apoyan el paro.
Una acción similar ocurrió en los alrededores del principal complejo refinador del país, Amuay-Cardón, en la occidental Península de Paraguaná.
La atención del paro se ha volcado sobre el control de la firma estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), motor de la economía del país, que ha dejado de exportar los alrededor de 2,4 millones de barriles diarios de crudo y derivados que le aportan el 80 por ciento de sus ingresos foráneos.
La petrolera estatal también ha dejado de producir alrededor del 90 por ciento del promedio de 3,0 millones de barriles diarios que surten al mercado local y a su principal cliente extranjero, Estados Unidos.
El paro es promovido por sindicalistas, empresarios y políticos opositores, que acusan a Chávez —quien dice que lleva adelante una revolución pacífica en favor de los pobres— de querer instalar un sistema comunista y de arruinar la economía del país.
“El niño Jesús estaba de Paro”
En la víspera de la Nochebuena, y mientras ambos lados en pugna se culpan por los efectos del paro, los principales centros comerciales de Caracas se mantenían cerrados.
En cambio en las zonas más populares, donde Chávez aún tiene un importante apoyo, la mayoría de los negocios funcionaba con normalidad, y miles de vendedores ambulantes, conocidos como “buhoneros” han abarrotado las aceras y bulevares.
Elizabeth Morillo, administradora de un restaurante, es una de los venezolanos que decidió aplazar la Navidad mientras siga el paro. “Al niño le dije que el Niño Jesús estaba de paro y que tendrá que esperar por los Reyes Magos el seis de enero”, dijo Morillo con su hijo Kevin, de seis años.
“No deberíamos aceptar la tregua, si no van a decir que somos débiles”, agregó.
Chávez, un teniente coronel retirado, acusó el domingo a la oposición de “sabotear” la Navidad y dijo que el paro petrolero es “como una guerra, gracias a Dios que ni hay disparos o bombas”.
El dirigente sindical Manuel Cova, de la poderosa Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), dijo que “este pueblo está dispuesto a sacrificar la Navidad, ya la sacrificaron”.
“Estoy absolutamente convencido que aquí no hay regreso (...) ese pueblo no regresa a sus casas sino cuando ya tenga la decisión de las elecciones o la decisión de la renuncia del presidente”, dijo Cova a la televisora Globovisión.
Chávez, que ganó la presidencia en las elecciones de 1998 seis años después de encabezar un fallido golpe de Estado, reconoció el domingo que el paro golpeará con fuerza la economía, que arrastra una caída de 6,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en los primeros nueves meses del 2002.
La huelga en PDVSA ha provocado pérdidas a a la empresa estatal por más de 1.000 millones de dólares al no haber despachado normalmente sus productos petroleros.
Un informe del Credit Suisse y First Boston dijo que la incertidumbre política y los sucesivos paros y manifestaciones seguirán afectando la economía de Venezuela. “Calculamos una contracción del PIB de alrededor de 6,3 por ciento en el 2002”, dijo el reporte.
Por su parte, Fitch Venezuela, que puso en observación las calificaciones de riesgo asignadas a la totalidad de las emisiones y empresas del país sudamericano, dijo ayer que prevé una caída “cercana 7,0 por ciento en el año 2002”.
Chávez ha denunciado que el paro es parte de una conspiración que trata de reeditar los hechos que antecedieron a su breve derrocamiento en abril, cuando por militares de alto rango y un grupo de civiles lo sacaron del poder por dos días.
Algunos analistas consideran que el desabastecimiento de combustibles y gas doméstico, y los racionamientos de alimentos, pueden provocar estallidos de violencia. Los gobiernos de Gran Alemania, Estados Unidos, Colombia, Canadá y Gran Bretaña recomendaron a sus ciudadanos abandonar Venezuela.