Gómez Palacio, Dgo.- Parecía que la televisión estaba narrando uno de los conciertos que frecuentemente hay en la capital del país. Un enorme escenario lleno de luces al fondo del inmenso salón de baile, camiones que transportaban el equipo necesario, guardianes del orden y una multitud de hombres y mujeres dispuestos a pasar una noche llena de música sinaloense fueron la escenografía perfecta.
Todo era emociones, empujones y corridas para ganar el mejor lugar, pues ver de cerca a los integrantes de Banda El Recodo ameritaba cualquier sacrificio.
La noche del sábado 16 de noviembre, helada en el ambiente pero cálida entre los grupos de amigos fue totalmente musical y de colorido. Una vez más, la ?Madre y reina de todas las bandas? llegó a La Laguna para ofrecer a sus seguidores todos sus éxitos y lo nuevo de su discografía No Me Sé Rajar.
Los sombreros, botas, cintos ?piteados? y las chamarras fueron el vestuario obligado; aunque no faltaron las chicas que con tal de lucir su figura portaban escotadas y cortas blusas, a pesar de que la temperatura llegó a marcar los ocho grados centígrados.
El fiestón grupero inició con el grupo local Tropicalísimo Flamante, quienes pusieron a bailar desde temprana hora a los asiduos a la cumbia. Después le siguió Encuentro Norteño.
La gente respondió bien a los ?teloneros del Recodo?, pero sin lugar a dudas los discípulos de Don Cruz Lizárraga eran a quienes fue a ver el público de la región, personas de Torreón, Gómez y Lerdo así como de las rancherías.
Eran las 11 de la noche cuando le tocó el turno de Los Cardenales de Nuevo León. Con Necesito Decírtelo, El Primer Tonto, Mi Cómplice y La Chica Está Enojada, entre otros temas lograron que la multitud fuera entrando en calor, pero eso sucedió definitivamente a las 00:20 horas, cuando después de mucho esperar hicieron su aparición los integrantes de Banda El Recodo.
Tres enormes pantallas sirvieron para que las más de 18 mil personas que se dieron cita en el salón de baile, apreciaran cada uno de los movimientos de ?los Recodos?. El escenario -que tuvo como telón de fondo las cartas de la lotería- quedó listo poco antes de que los músicos salieran a escena.
Ataviados con trajes azul marino, camisa color melón y botas negras, los integrantes de la banda salieron a dar lo mejor de sí. Con una gran sonrisa e instrumentos en mano, comenzaron el torrente de música con Mi Gusto Es, posteriormente siguieron con El Sauce y la Palma.
Esta vez no hubo un tema más coreado, todos fueron entonados con el mismo gusto y sentimiento. Para adoloridos, enamorados, borrachos y hasta ?cornudos?, hubo canciones.
El confeti, juegos pirotécnicos y cilindros movidos por aire le dieron más vida al evento, aunque no hubieran sido necesarios, con la música era suficiente.
Faltando 20 minutos para las cuatro de la mañana del domingo terminó el festín, pero no sin antes recibir el grupo una fuerte ovación a los discípulos de Don Cruz Lizárraga, quienes llegaron para dar lo mejor de sí al público de la región, que año con año asisten al baile que estos músicos protagonizan en tierras locales.