EFE
PRAGA.- Los alrededores de la planta química de Spolana, en el norte de la República Checa, están en estado de alerta por las fugas de cloro desde las inundaciones de mediados de este mes, reconocidas ahora por los responsables de la empresa.
Al menos 81 de las 110 toneladas de cloro que la planta guardaba en sus depósitos se han vertido en sucesivas fugas en los últimos once días, según reconoció este fin de semana la empresa, situada en Neratovice, a 40 kilómetros de Praga.
La mayor parte se vertió en las aguas del río Elba, cuya crecida inundó varias ciudades checas y alemanas, especialmente Dresde, pero también hubo escapes de gas a la atmósfera.
, admitió Jan Martinek, portavoz de la empresa.
La última fuga se registró el pasado viernes por la noche, durante un proceso de transformación del cloro tóxico en hipoclorito sódico inofensivo que efectuaban unos empleados de Spolana sin cumplir el requisito establecido por el Comité de Emergencia, que impone la obligación de informar a los bomberos para que presencien y vigilen el procedimiento.
Durante el proceso, uno de los conductos de extracción del cloro se aflojó, lo que ocasionó un vertido de una tonelada dentro del complejo químico, que fue puesto inmediatamente en segundo grado de alerta.
La alarma aumentó al tercer grado al detectarse un escape a la atmósfera.
Pocas horas después, en la madrugada del sábado, fue restablecido el segundo grado de alerta, tras medirse una concentración que no superaba los 0,9 miligramos de cloro por metro cúbico, “cuando una concentración considerada peligrosa para la salud es cien veces superior”, aseguró el portavoz del cuerpo de bomberos y miembro del Comité de Emergencia de la zona, Zbynek Stajnc.
Aunque, según fuentes del cuerpo de bomberos, los ciudadanos no corren ningún peligro, se mantendrá la alerta en un radio de 15 kilómetros alrededor de la planta hasta que el cloro haya sido liquidado completamente.
La dimensión del peligro de contaminación varía según las fuentes.
Los datos hechos públicos hasta ahora revelan que las reservas de cloro tóxico han sido prácticamente eliminadas.
Pero el ministro del Interior, Stanislav Gross, ha manifestado su profundo malestar por la forma de proceder de Spolana y pedido a la empresa matriz, Unipetrol, que extreme su labor de supervisión.
Un equipo de especialistas en catástrofes medioambientales, con representantes extranjeros, examinan desde el viernes si las medidas de seguridad de la planta son suficientes para prevenir un desastre ecológico y humano.
La empresa convocó a un grupo de expertos independientes en respuesta a las quejas de un elevado número de ciudadanos y de las autoridades locales, pero no parece que haya encajado bien sus primeras conclusiones.
El coordinador del grupo, Jan Papez, denunció que se había corrido un riesgo semejante a un “pequeño Chernóbil” que amenazó un gran número de vidas humanas.
Fuentes de Spolana, sin embargo, rechazaron el “tono catastrofista” de Papez, y destacaron que hasta el momento no se ha registrado ninguna víctima mortal.
Los escapes de cloro al Elba y a la atmósfera también están siendo investigados por la policía checa, para determinar eventuales responsabilidades penales.
La planta química de Spolana, perteneciente al consorcio petroquímico Unipetrol, ha estado a menudo en el punto de mira de los movimientos ecologistas.
En los últimos cinco años, ha sufrido numerosas averías con alertas de tercer grado.