La franquicia más joven del futbol mexicano, Jaguares de Chiapas, está imponiendo récords en nuestro balompié y si no lo creen, veamos: El gol 50,000 en la historia lo anotó un jugador de este cuadro, Joaquín del Olmo; la expulsión más rápida también pertenece a la escuadra chiapaneca con Gustavo "Gusano" Nápoles a los 17 segundos de juego en el cotejo ante Celaya y ahora Mr. Ripley se apersonó en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y los felinos fallaron ¡cuatro penales! Sí, leyó usted bien, en cuatro ocasiones tuvieron la posibilidad de anotar desde los once metros y ya sea por el "Conejo" Pérez, guardameta cruzazulino o por los postes, el balón se negó a entrar.
Glaría, Yegros, Felipe Ayala y Lalo Córdova fueron los encargados de hacer entrar a su club en la Historia aunque seguramente desearían no pertenecer a tan selecto grupo por la vía del error.
El encuentro tuvo como principal protagonista al árbitro Paul Delgadillo, quien realizó un trabajo desconcertante que dio al traste con el espectáculo y perjudicó a ambos equipos. Este joven árbitro de Guadalajara ha sido desperdiciado por la Comisión de Árbitros y está en vías de perderse por designaciones inadecuadas; asimismo fue convocado para integrar la lista de Árbitros Internacionales y luego le salieron conque a chuchita la bolsearon y que dice mi mamá que siempre no. Esto ha generado desconcierto en el joven silbante que ya no sabe para dónde hacerse, lo malo es que el pato lo acaban pagando los equipos.
En otra designación equívoca recayó en José de Jesús Robles dirigir el clásico tapatío, siendo este veterano silbante nativo de aquella región; solamente que el asunto no quedó en familia pues las pifias arbitrales incidieron, de manera determinante, en el resultado.
Robles benefició a Chivas con un penal inexistente y dejó de marcar otro a favor de los rojinegros por lo que su trabajo debe considerarse malo.
Ya son dos semanas consecutivas con pésimos arbitrajes y ¿saben qué es lo peor?, que el titular de la Comisión de Árbitros felicita a los nazarenos diciéndoles que han hecho grandes trabajos y que no hagan caso de la crítica.
No hay peor ciego que el que no quiere ver y Codesal, proclive al autoengaño, se desentiende de lo que es la función principal del árbitro que es aplicar correctamente la justicia deportiva. Escondiendo la cabeza cual avestruz o elogiando a sus agremiados cuando no hay razón para hacerlo parece una forma inadecuada de dirigir al grupo sobre todo de cara a la Liguilla.
Dentro de las veleidades del hábil galeno está el hecho de que, al principio de la temporada, exhibía públicamente a los árbitros y hoy la táctica es ponerles todas buenas y creer que se vive en una especie de Isla de la Fantasía donde todos son maravillosos.
Lo alarmante es que los propios equipos no exijan mayor capacidad, trabajo y compromiso al grupo arbitral mexicano.
También en Veracruz apareció la polémica; resulta que existe una puerta de acceso por donde se cuela un viento que alcanza, en días de "norte", hasta 100 kms por hora. Dicha puerta permanece abierta cuando los Tiburones defienden esa portería y cerrada en el segundo tiempo cuando los escualos atacan, lo que da una ventaja desleal al cuadro de casa. Eduardo Brizio, árbitro del encuentro y a queja expresa del Necaxa, dio aviso al Inspector Autoridad que ese acceso debería permanecer abierto o cerrado pero todo el partido.
Pues resulta que se jugó el primer tiempo con la puerta abierta y para el segundo, la cerraron. Un directivo mandó decir que "era su estadio y él hacía lo que quisiera".
35 minutos después dio inicio el segundo tiempo, ¿saben cómo? con la puerta abierta. Me parece que se impuso la equidad pero faltó criterio.