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REFLEXIONES DE ATARDECER / Ser abuelo.....

Manuel Muños Olivares

Ser abuelo, es tener el placer de ver la tercera edición de nuestra propia biografía, corregida y en la vía del aumento.

A propósito de abuelos, tengo 2 pequeños relatos que escuché por ahí. Cuando su perro murió, el niño de la casa lloró por un tiempo y sufrió mucho por su mascota.

Un día vio que el plato donde le servía de comer a su perro, su papá le servía de comer a su anciano padre, que según decían, ya era demasiado viejo e inútil.

Tiempo después una tarde vio a su hijo que afanosamente, limpiaba un plato viejo y lo guardaba entre sus juguetes.

Extrañado el papá le preguntó que para qué guardaba ese viejo cacharro. El niño le contestó:

-Lo guardo para cuando tú seas viejo como mi abuelo y tengamos que servirte tu comida, no me gustaría que usaras el mismo plato donde ahora le servimos a tu padre.

Un hijo tenía desde hacía años a su anciano padre, en su hogar. Era demasiado viejo y su esposa discutía casi a diario y le reprochaba a su esposo que su padre era una carga y que si tenía otros hijos por qué tenía que ser él, el que cargara con el viejo que ya era inútil.

Un día ya desesperado, el hijo le dijo a su padre:

-Papá quiero que estés listo para mañana temprano, porque vamos a ir a un corto viaje.

-No te preocupes hijos, yo siempre estoy listo.

La noche transcurrió en pláticas y susurrantes discusiones del matrimonio y ya casi al amanecer el hijo llegó hasta donde dormía su padre y le dijo:

-Papá, papá ¿ya está usted listo?

-Hace años que estoy listo hijo, nos vamos cuando quieras.

Subieron al coche de modelo atrasado. Por horas viajaron por el desolado campo y cuando pararon en un desierto lugar, el hijo dijo a su padre:

-¡Creo que llegamos papá!

-Hijo mío, te pido que caminemos un poco más unos kilómetros adelante hay un árbol bastante grande y frondoso.

Se encaminaron y efectivamente adelante estaba un enorme árbol en el desolado lugar. El hijo vio y le dijo al viejo:

-Papá ¿cómo sabías que aquí había ese árbol?

-Hijo. Porque ya hace muchos años, igual que tú vine a tirar a mi padre...

TLALPAN, D.F., AÑO 2002.

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