El tema de la reforma del sector eléctrico se ha vuelto a colocar a la orden del día, después de un período considerable de tiempo, ha sido presentada por fin, la iniciativa presidencial al respecto. Además de ella, existen formulaciones de otras propuestas, realizadas por partidos como el revolucionario institucional y el de la revolución democrática. El punto central de la discusión es si debe abrirse a la inversión privada el sector eléctrico nacional o si debe seguir, constitucionalmente reservado para el sector público.
En realidad este es uno más de los muchos engaños y simulaciones en las que nos vemos envueltos los mexicanos gracias a los mañosos y corruptos gobiernos que hemos tenido en los últimos 20 años. La posición del partido acción nacional es, en este sentido, la más coherente, además de la más cínica. En el país compañías privadas y, peor aún, extranjeras, se encuentran ya desde hace muchos años, construyendo y operando plantas generadoras de energía; esto ha sido posible gracias al invento de los famosos contratos de servicios múltiples, inventados como subterfugio para violar flagrantemente la constitución general de la República, a la cual estos gobiernos han jurado cumplir y hacer cumplir, para inmediatamente proceder a proponer sus cambios, y si no se salen con la suya, inventar mecanismos que en los hechos la violenten, aunque en la letra siga como está.
Cuando estos políticos están en campaña, ocultan sus verdaderos propósitos, lo cual resulta indigno y es la principal fuente de corrupción, sino que la más grave. Desgraciadamente consideramos corrupción sólo el hecho de recibir dinero mal habido, o simplemente disponer de fondos públicos para fines de enriquecimiento personal, pero pasamos por alto que estos funcionarios, lo primero que hacen al llegar al poder es aumentarse considerablemente los sueldos y las prestaciones que reciben, como si esto no significara que ya no son corruptos, simplemente lo que antes se robaban ahora es legal porque lo reciben en forma de salario, bonos, viajes, aviones, automóviles, celulares, etcétera. Pero no queremos desviarnos del primer punto que mencionamos. ¿Es corrupta una persona que oculta sus verdaderos propósitos, que miente o tergiversa las cosas, solo con el fin de alcanzar el poder, y ya ahí, trabaje para lograr lo que en realidad perseguía? Ustedes decidan. La posición del Partido Acción Nacional, que no hemos mencionado, consiste en que es necesario adecuar la constitución para reconocer lo que en realidad ya existe, que la inversión privada en el sector eléctrico lleva lustros y que aún en estos días se están otorgando o se han otorgado ya más contratos de este tipo a compañías extranjeras para que construyan y operen plantas generadoras de electricidad. O sea que se ha violado flagrantemente la constitución y en vez de castigar a quienes así lo hicieron, ¡lo que es necesario cambiar es la constitución! Esto constituye, desde cualquier punto de vista un subterfugio más para ocultar el interés que se tiene por cumplir compromisos de campaña.
Nosotros pensamos lo siguiente: Si el señor Salinas, primero, y el señor Zedillo después, como ahora el señor Fox, proponen a la ciudadanía cambiar la constitución y la ciudadanía dice NO, quiénes son ellos para decidir que sí, y empezar a idear mecanismos legales y financieros para otorgar esas concesiones. ¿Quién ha hecho las cosas de forma incorrecta? ¿el pueblo, que a través de sus representantes populares, llámense diputados o senadores ha dicho que no desea una modificación, o los gobernantes que consideran que el pueblo se hace daño a sí mismo y deciden, en aras de su bienestar futuro, lo contrario? El asunto más allá, si se va a exigir seguridad jurídica para las inversiones, la no evasión de impuestos, etcétera. cómo puede por otro lado empezarse con el ejemplo de no respetar lo que la Carta Magna de la nación establece. Les guste o no, les permita o no enriquecerse con los multimillonarios negocios que ello representa, deben comenzar por respetar la Constitución. Si no les parece, propongan en efecto modificaciones, pero apéguense a la decisión de la representación popular. Al no hacerlo así, traicionan su primer juramento al asumir la primera magistratura y ello habla por sí mismo de la calidad de políticos que tenemos. ¿Cómo podemos pedir a la gente que respete el marco de derecho, que no viole la ley? ¿En quién podemos basarnos como ejemplo?
Por supuesto que la corrupción no se limita a este aspecto, pero creemos que podríamos empezar por ahí. Por no tolerar que los políticos y los que aspire a un cargo de elección popular, nos engañe.
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