Terminó en forma abrupta la aventura del futbolista mexicano Manuel Vidrio por tierras españolas pues llegó a un acuerdo para rescindir el contrato que lo ligaba con el Osasuna de Pamplona. Y conste que digo "abrupta" y no sorpresiva pues para mí era la crónica de una muerte anunciada porque el jalisciense no tiene ni la edad, la capacidad, la "velocidad o el carácter para pagar el derecho de piso" por jugar en un futbol de Alta Competencia.
Resultó evidente que Vidrio aceptó ir al futbol ibérico más por compromiso con su amigo y entrenador Javier Aguirre que por convicción; el "Vasco" lo tuvo en Pachuca y la Selección Nacional depositando en el defensa central confianza absoluta por lo que no dudó en hacerse acompañar de él en su aventura allá por tierra pamplónica.
Pero la realidad fue mucho más cruda de lo que ambos esperaban pues Manuel ya no es ningún chamaco para andar iniciando proyectos, jamás ha sido un jugador estrella y obvio, le falta ese ingrediente fundamental para ir a partírsela y no regresar derrotado.
Las declaraciones que hizo incluso antes de partir denotaban a un hombre conformista, sabedor de que, si le iba mal, regresaría sin problemas al club tuzo y sin deseos de dar la pelea. O sea, que Manuel Vidrio, el Hombre, así con mayúsculas, no está de regreso, simplemente nunca se fue.
Ahora que, viéndolo en perspectiva, no debe sentirse mal pues muchos antes que él, han tenido el mismo problema derivado del chiqueo a que se somete al jugador mexicano en su tierra; buenos sueldos, poca exigencia, público dócil, medios de comunicación mansos, en fin, todo diseñado para tener una estructura mental chaparra.
Por eso, pese a no ser precisamente simpático y abusar de su derecho a expresarse, sigue siendo Hugo Sánchez Márquez el más grande de todos, pues además de capacidad futbolística tuvo las agallas para imponerse a todo y a todos.
Igual que Vidrio, hubo muchos que cruzaron el Atlántico y volvieron con la orejitas gachas y para muestra, varios botones: Guillermo Mendizábal, Javier "El Abuelo" Cruz, Manolo Negrete, Luis Flores, Germán Villa, "Chepo" de la Torre y algunos otros tuvieron también su regreso sin gloria.
Lástima que ese carácter que tuvo para meterle un codazo sin balón a Palencia, no lo haya empleado Vidrio en tratar de triunfar en España. Pero bueno, el que nace panzón aunque lo fajen de chico.
Otro "regreso" pero este en los medios de comunicación se dio esta semana con la nueva aparición del doctor Edgardo Codesal haciendo declaraciones; hace un mes y medio había dicho que no volvería a hablar con los medios en represalia a una persecución periodística en su contra por el silbante en retiro Bonifacio Núñez.
Hoy, veleidoso como siempre, vuelve al foro, le levanta el castigo a la prensa y dice lo que todos vemos: hay carencia de buenos árbitros y sus trabajos dejan cada día más qué desear.
Qué bueno que lo reconozca y declare pero mucho mejor será que encuentre y pronto, la solución.
Lástima que muchas veces, al enemigo el hábil galeno, lo tiene en casa y si no pregúntenle a sus "amigos" y "colaboradores".