Reuters
MOSCU, RUSIA.- La gran mayoría de los 117 rehenes cuyas muertes han sido confirmadas en un teatro de Moscú fallecieron a causa del gas usado por los servicios de seguridad para incapacitar a sus captores, dijo el domingo el jefe de salud pública de la ciudad.
El doctor Andrei Seltsovsky, presidente de la comisión de salud pública de Moscú, dijo que sólo uno de los aproximadamente 800 rehenes murió a causa de heridas de bala sufridas cuando las tropas de élite irrumpieron en el teatro en la madrugada del sábado.
El hombre falleció por heridas de bala durante el asalto del domingo y una mujer murió a tiros la noche del miércoles cuando trató de escapar del teatro, que fue tomado por unos 50 guerrilleros chechenos, entre ellos varias mujeres.
Seltsovsky dijo en una conferencia de prensa que 646 de los rehenes liberados del teatro permanecían hospitalizados, de los cuales 150 se encontraban bajo cuidados intensivos y 45 "en condición grave".
A la pregunta de qué causó la muerte de los demás, Seltsovsky respondió: "Los efectos de la exposición al gas".
El químico no identificado era tan potente que los combatientes suicidas chechenos no tuvieron tiempo de detonar los explosivos que llevaban atados a la cintura.
Sergei, de 36 años, quien declinó dar su apellido, dijo tras ser dado de alta del hospital que el gas tenía un olor acre.
Según el experto de seguridad Michael Yardley, de Londres, las fuerzas rusas probablemente usaron BZ, un incapacitador incoloro e inodoro con propiedades alucinógenas que fue utilizado por primera vez por Estados Unidos en Vietnam.
Yardley dijo que todos los síntomas que presentaron los rehenes en Moscú —incapacidad para caminar, pérdida de la memoria, desmayo, irregularidades cardíacas, mareo— apuntan al BZ. Según el ejército de Estados Unidos, los efectos secundarios duran 60 horas, dijo Yardley.
"Los rusos no quieren que se haga mucho ruido al respecto porque (el BZ) es la clase de cosas que se supone que no tengan", dijo. "No está específicamente prohibido, pero están en una especie de área gris".
Con las bocas abiertas
Imágenes tomadas después que las fuerzas especiales irrumpieron en el teatro para liberar a más de 750 rehenes mostraron a una mujer con la cabeza echada hacia atrás, con la boca abierta y una bolsa de explosivos atada a la cintura.
"Se desató el pánico entre nosotros y la gente comenzó a gritar: ‘Gas! Gas!’ y, sí, hubo disparos", dijo el director de teatro Georgy Vasilyev, uno de los rehenes.
"Pero entonces todo el mundo cayó al suelo rápidamente, y cuando estábamos en el hospital una mujer, que no se quedó dormida de inmediato porque tenía la boca y la nariz cubiertas, me dijo que fue muy extraño mirar a todo el mundo", declaró Vasilyev.
"Cuando comenzó el tiroteo, (los guerrilleros) nos dijeron que nos inclináramos hacia adelante en los asientos y que nos cubriéramos la cabeza, pero entonces todo el mundo se quedó dormido y ellos (los rebeldes) estaban ahí sentados con sus cabezas hacia atrás y las bocas abiertas", agregó.
Angustiados familiares de los rehenes pedían información sobre sus seres queridos, con la esperanza de que hubieran sobrevivido al asalto.
Según una versión no confirmada divulgada el domingo, la policía de Moscú detuvo a tres chechenos en posesión de armas y explosivos.
El aumento de las medidas de seguridad impidió a muchos rusos visitar a sus familiares ingresados en hospitales por los efectos del gas paralizante que utilizaron las fuerzas especiales.
El principal hospital de emergencias de Moscú colocó una lista de nombres de supervivientes en una puerta, mientras familiares se arremolinaban en torno a los guardias de seguridad del Hospital Número 13 de Moscú pidiendo información sobre sus seres queridos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, pidió perdón a los familiares de las víctimas inocentes causadas durante la operación de rescate de la policía.
Putin declaró un día de duelo nacional para el lunes en honor a las víctimas de la crisis.
Las autoridades dijeron que las tropas se vieron obligadas a entrar en el teatro después de que los rebeldes ejecutaran a dos rehenes como medida de presión para lograr sus demandas.
El fugitivo ex presidente rebelde de Chechenia, Aslan Masjadov, condenó las acciones de la guerrilla, diciendo que rechazaba "el terrorismo como método para lograr cualquier objetivo".