TORREÓN, COAH.- La reproducción de los seres humanos tiene que ser producto de la estima y del amor y el objetivo final de ese amor es la reproducción por los medios previstos por Dios y la naturaleza de seres distintos, declaró ayer David Hernández García, sacerdote jesuita.
En la parroquia de San Judas Tadeo en la colonia Las Torres, antes de iniciar la misa dominical, el sacerdote jesuita se refirió a la clonación del primer ser humano, experimento revelado hace días en el vecino país y lo calificó como un tema muy delicado y controvertido con poca experiencia científica en el aspecto humano, convirtiéndolo en una gran imprudencia y exhibicionismo de un pequeño grupo que merece la reprobación de todos los sectores serios de la sociedad científica y religiosa.
“Respecto de la clonación, yo encuentro varios motivos de reprobación, como lo ha señalado la Organización de Naciones Unidas (ONU), que se ha declarado abiertamente en contra de la clonación en seres humanos”; no tenemos datos serios, ni siquiera en la clonación de animales, añadió.
Lo anterior, está comprobado en la historia de la oveja Dolly que a muy temprana edad empezó con problemas que antes nadie se imaginaba, como por ejemplo un prematuro proceso de envejecimiento, padecimiento de artritis entre otras complicaciones.
¿Queremos multiplicar en seres humanos sin antes tener el conocimiento científico del proceso en animales, para qué agregar seres humanos a esto cuando todavía los mismos investigadores caminan a ciegas?, se cuestionó.
Hernández García se refirió a la declaración de su Santidad el Papa Juan Pablo II, quien se ha declarado decididamente en contra de la clonación a la que llama un atentado en contra de la más elemental moral y ética, y una falta de respeto que se merece la persona creada por Dios con alma y cuerpo, con derechos y obligaciones.
El Papa, añadió, no está en contra de la investigación científica, pero como en todos los casos primero se debe tener claro el camino en la clonación de animales para después extenderlo en circunstancias requeridas a seres humanos.
La finalidad del ser humano es múltiple. La reproducción tiene que ser producto del amor y sus resultados destinados a ser portavoces del amor y reproducirse en consecuencia del amor.
Pretender por tanto la multiplicación igualitaria de clonación es quebrantar una de las leyes fundamentales de la naturaleza que es la relacionada con la diversidad; el amor se da entre distintos y la naturaleza reclama el parentesco cercano y las leyes prohíben el matrimonio en primeros grados de consanguineidad, esta tendencia a la diversidad arranca la parte de la naturaleza humana que tiene que respetarse si no se quiere provocar una serie de traumas como los que ya se observan en la oveja Dolly en Inglaterra.
Si Dios y la naturaleza crearon el mundo de la diversidad, no se ve razonable, ni consistente el intento de repetir de una manera sistemática e infundada a seres iguales, esta igualdad compuesta por seres humanos no tiene futuro dada la ley de la diversidad que captamos en todos los aspectos del mundo y la naturaleza humana.
Esto no va a prosperar
Jesús de la Torre de la Torre, párroco en la iglesia de Fátima en la colonia Braulio Fernández Aguirre, aseguró que el experimento en seres humanos no va a prosperar porque ya fue rechazado por la máxima instancia como es la Organización de Naciones Unidas y países serios como Francia y Estados Unidos –estos que para nada son serios--, así como por la Iglesia Católica.
Aquí, añadió, no se puede aplicar un criterio a nivel internacional, por unanimidad científica se ha dicho que no; esos que lo hacen, es por ocasionar la irritación social, pero bueno, falta mucho estudio, señaló.
La clonación en seres humanos repugna la misma naturaleza y va en contra de lo más elemental de la dignidad de la persona humana que es única e irrepetible, además de que atenta contra la moral, pero bueno, después llegan cuates como Bush con mentalidad de guerra, ideas desquiciadas y el objetivo es otro.
El asunto de la clonación en seres humanos, agregó De la Torre de la Torre, se relaciona también con la globalización que en el aspecto económico no tiene freno y tratan de descalificar a quien hable de ello; se dice que la economía controla al mundo, pero no resuelve problemas como el respeto de las culturas y la dignidad humana, puntualizó.