TORREÓN, COAH.- El rescate del Centro Histórico sigue pendiente. Administración tras administración promete lo mismo: su restauración. Sin embargo los edificios continúan como hace varios años: a punto de caer.
Durante los primeros meses de 2002 se anunció un rescate histórico. Empresarios, autoridades municipales se fijaron un objetivo: restaurar el Cine Nazas, Banco de México y el Casino de la Laguna enlazándolo al Edificio Arocena.
El proyecto también contempla la construcción de un estacionamiento subterráneo en la Plaza de Armas. El empresario Ramiro Charles Cantú es uno de los principales interesados en que se cumpla con este plan.
La Cámara de Comercio ha informado que en el rescate del Centro Histórico se incluye la compra por parte del Gobierno del Estado del edificio del Banco de México y el cual tiene un valor superior a los 20 millones de pesos, sería utilizado como oficinas estatales.
Se pretende convertir al Cine Nazas en el Teatro de la Ciudad, la inversión inicial se estima en seis millones de pesos. Pero hasta la fecha todo se ha quedado sólo en proyectos mientras que los edificios continúan sufriendo las consecuencias del deterioro.
El Edificio Arocena es invaluable en el contexto histórico. Se construyó entre 1919 y 1920, propiedad de la testamentaría de don Rafael Arocena, quien falleció en 1919 en Estados Unidos. El proyecto estuvo a cargo de J.P. Camino quien empleó las técnicas de construcción más avanzadas de la época y dio forma a uno de los edificios de más bella arquitectura del centro de Torreón.
Don Rafael Arocena fue uno de los españoles que en abril de 1914 expulsó el General Francisco Villa y jamás regresó a Torreón.
El Casino de La Laguna también tiene su historia. Se inauguró el 15 de septiembre de 1910, celebrando el primer centenario de la Independencia. Se pensó edificar ahí la Presidencia Municipal, pero la Sociedad Casino de La Laguna S.A., autorizó la compra del terreno y con un préstamo de 80 mil pesos, logró financiar la obra a cargo del arquitecto francés Louis Channel.
Además de fiestas de resonancia, muchos socios al caer la tarde mandaban sacar sus sillas hacia las banquetas, disponiéndose mesas para el servicio de una copa o refresco que ingerían mientras veían pasar a la gente que acudía a la Plaza de Armas.
Existe una Junta de Conservación del Patrimonio Cultural, pero se ignora quiénes la integran y qué trabajo han realizado a favor de los edificios del Centro Histórico de Torreón. Si se ha hecho algún esfuerzo se puede considerar como mínimo, pues los inmuebles están en el abandono total.