TORREÓN, COAH.- Juan Alberto Wong Borunda completó el pase de Horacio Juárez y cerca de ocho mil aficionados se levantaron de sus asientos para dar rienda suelta a su alegría; la Selección de la Onefa estaba en ventaja y un lagunero, el mejor receptor de la liga, daba una vez más, muestras de su categoría.
La edición XXXII del Tazón Azteca se realizó en Torreón y fue un éxito, a pesar de la premura del tiempo; el comité organizador pensó inicialmente en el estadio Corona y el Revolución, normalmente escenarios de futbol soccer y beisbol, en forma respectiva. Después de algunos dimes y diretes, la decisión final fue para el llamado “Infierno Azul”, casa de los Borregos del Tecnológico de Monterrey, Unidad Laguna.
Toda la semana previa al partido transcurrió en completa tranquilidad, los días pasaban y ni uno ni otro equipo llegaban a Torreón; los aficionados al futbol americano estaban intranquilos, luego de la información que hace algunos días aseguraba la presencia de ambos equipos en esta ciudad, desde el lunes previo al partido.
Finalmente los equipos aparecieron el viernes anterior, por la tarde se realizó un desfile promocional y ayer sábado la respuesta del público fue altamente satisfactoria, al registrarse un gran lleno en el escenario. El espectáculo en el terreno de juego dejó satisfechos a los aficionados y mención especial merece el lagunero, Juan Alberto Wong Borunda, número uno entre los receptores de la liga, por la entrega a lo largo de su actuación; Wong salió motivado y con grandes deseos de agradar a sus seguidores, quienes respondieron con todo, sobre todo en el momento de convertir seis puntos que ponían adelante al equipo mexicano, al atrapar aquel pase de Horacio Juárez.
Estados Unidos llegaba a este duelo con cinco triunfos consecutivos y en Torreón, el seleccionado de la Onefa, estuvo a punto de ponerle el “cascabel al gato”, sin embargo, la figura de Frederick Jackson siempre apareció en momentos claves, para inclinar la balanza a su favor. Este moreno corredor norteamericano, asombró a propios y extraños, por su fortaleza y habilidad a la hora de ganar yardas por tierra; sin lugar a dudas, lo mejor del partido de ayer, fue la actuación de este jugador, que tal vez en un futuro cercano pueda colocarse en la antesala de la NFL.
Un diez para el comité organizador, que cuidó todos los detalles, a pesar de la premura del tiempo; el espectáculo fue de primera y la fecha del 14 de diciembre quedará bien grabada en la historia del deporte lagunero, por la celebración del XXXII Tazón Azteca, una verdadera fiesta del futbol americano colegial.