Previa a la Conferencia Nacional de Gobernadores que habrá de realizarse esta misma semana, se efectuó el día de ayer la Segunda Reunión de Gobernadores a la que asistieron los titulares de los poderes ejecutivos de cinco entidades del país, en su gran mayaría de las entidades fronterizas, con la finalidad de intercambiar experiencias y analizar los problemas comunes que tienen con la federación.
Cada vez se fortalece más la idea de la necesidad de que los gobernadores tengan este tipo de encuentros dentro de los cuáles, al tiempo que se transmiten las experiencias de sus respectivas administraciones, se analizan los problemas comunes que tienen con la federación, de lo que resulta obligadamente el establecimiento de frentes comunes para luchar por el mejoramiento de las condiciones de vida de las sociedades que cada cuál gobierna.
La intención no es mala si tomamos en cuenta que históricamente ha sido la federación la que tiende a abusar de los estados, aunque en el pasado difícilmente se hubieran podido sostener este tipo de reuniones sin que los gobernadores que a ellas acudieran fueran vistos en forma sospechosa e incluso sometidos a restricciones de diversa índole con el fin de hacerles sentir la fuerza del centro y su irremediable dependencia con la administración federal, lo que no acontece en la actualidad.
Pero ciertamente tienen razón los gobernadores cuando afirman que los recortes federales aplicados a los estados sólo han servido para que exista un “gobierno rico frente a un pueblo pobre”, lo que no es saludable para la República. Sin embargo, debe ponerse especial atención a lo señalado por ellos mismos en el sentido de que lo más importante es tener una agenda nacional muy clara en función del interés de México”, porque las entidades federativas sólo pueden existir en la medida en que se fortalezca la federación y se ponga especial interés en la solución de los grandes problemas que afectan al país.