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CARACAS, VENEZUELA.- El paro nacional llegó ayer a su decimosexta jornada en medio de una creciente polarización que aleja las posibilidades de que el gobierno y la oposición puedan llegar a un acuerdo en la mesa de negociaciones que permita una salida pacífica a la crisis venezolana.
En un intento por minimizar la difícil situación que enfrenta el país, el presidente Hugo Chávez acudió ayer al Panteón Nacional para participar en los actos con motivo del 172 aniversario de la muerte del Libertador Simón Bolívar.
Unos 300 centenares de simpatizantes oficialistas, portando banderas venezolanas y pancartas a favor del gobierno, se aglomeraron en las cercanías del sitio histórico para manifestar su apoyo al mandatario. Luego del final de los actos oficiales, algunos adeptos del gobierno se quedaron en Panteón para impedir que la marcha de opositores llegara al sitio.
La intervención de cerca de 500 policías y agentes de la guardia nacional evitó que los grupos en pugna se cruzaran y culminaran la protesta en una gran refriega callejera.
La marcha, convocada por la oposición, que concentró miles de simpatizantes. aunque era notablemente mayor que la oficialista, fue retenida lejos de su meta por los cuerpos de seguridad para evitar enfrentamientos.
“Actuando responsablemente decidimos abandonar la idea de llegar todos al Panteón Nacional. Lo menos que queremos es poner en peligro la vida de la gente y por eso rechazamos en caer en la emboscada que prepararon los Círculos Bolivarianos”, dijo Antonio Ledezma, presidente del opositor partido Alianza Bravo Pueblo. Dirigentes de la oposición venezolana disolvieron la marcha en las inmediaciones del Panteón Nacional, donde el oficialismo realizaba un homenaje al Libertador Simón Bolívar, para evitar eventuales enfrentamientos.
Los Círculos Bolivarianos, creados el año pasado por Chávez, son señalados como el mecanismo del gobierno para castigar e intimar a sus enemigos, mientras el gobierno sostiene que son organizaciones de bases que trabajan por mejorar sus comunidades.
Las manifestaciones de ambas partes del conflicto político venezolano se han estado realizando mayormente sin violencia excepto el seis de diciembre en que una protesta nocturna de la oposición fue interrumpida por un tiroteo. Tres personas murieron y una veintena resultaron heridas.
“No queremos un muerto más”, agregó Antonio Ledezma.
La resolución aprobada por la OEA en respaldo a la institucionalidad democrática y la búsqueda de una salida electoral y pacífica pareciera superada por una creciente tensión que se ha trasladado a las calles donde grupos oficialistas y opositores salen a enfrentarse por el control de una avenida, y hace temer posibles confrontaciones violentas.
“Desde luego hay más conflictividad”, dijo el embajador estadounidense en Caracas, Charles Shapiro, al manifestar la preocupación de su gobierno por la crisis venezolana, y agregó “cada día la situación es más delicada”.
El diplomático estadounidense se reunió ayer con el secretario general de la OEA, César Gaviria, para evaluar el pronunciamiento del organismo internacional sobre Venezuela.
La extensión del paro opositor a la industria petrolera, considerada el corazón económico de Venezuela, ha complicado la situación del país mientras el gobierno recurre a la fuerza armada y personal de confianza para tratar de restablecer las operaciones en la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).
La escasez de combustible y alimentos comienza a intensificarse en la capital venezolana y algunas ciudades del país.
Miembros de la fuerza armada tomaron el fin de semana las instalaciones de la empresa de alimentos Promar en la población central de San Carlos, estado Cojedes, a unos 200 kilómetros al oeste de Caracas.
La medida generó fuertes protestas entre representantes del sector empresarial, que se mantienen en paro, quienes acusaron a la fuerza armada de vulnerar la propiedad privada.
El gobierno justificó la operación militar señalando que algunos industriales están acaparando productos para hacer creer que hay escasez de alimentos.
Uno de los voceros de los trabajadores petroleros declarados en huelga, Juan Fernández, dijo que la generación de crudos de Venezuela, que es uno de los cinco principales productores de petróleo del mundo, descendió esta semana a menos de 86 por ciento.
Antes del inicio del paro opositor PDVSA estaba produciendo cerca de tres millones de barriles al día.