TORREÓN, COAH.- El próximo 25 de noviembre a las 10:00 horas está fijada la audiencia final en la que se le dictará sentencia a Iván Muñoz Pámanes, quien el 5 del mismo mes pero del año pasado, ultimara a sangre fría de varios disparos en la cabeza a las hermanas Grace Nayeli y Esmeralda Castro de la Rosa, crimen que estremeció a la población.
Pedro Limón Hernández, juez segundo del Ramo Penal, informó que para la fecha en mención se habrá de determinar la culpabilidad o inocencia de Muñoz Pámanes, de 19 años de edad, vecino de la colonia Campestre La Rosita.
De momento, dijo, la defensa del inculpado sigue promoviendo pruebas de descargo, además de haber solicitado una junta de peritos para analizar varios puntos que consideran que no están muy claros y afectan a su defendido, que asegura, es inocente.
Uno de esos puntos se refiere a que una testigo de cargo, por el lugar en que se encontraba a la hora del doble homicidio, no pudo haber apreciado perfectamente los hechos ni a quien se le señala como responsable.
De igual forma, argumentan anomalías en la trayectoria de las balas que no coinciden con las declaraciones y varios estudios, señaló.
Cuestionado sobre el alegato de locura momentánea, el juez segundo penal manifestó que la defensa ya se desistió del mismo y ahora pretextan tener argumentos para asegurar que Iván es inocente de la muerte de las hermanas Castro de la Rosa, ultimadas de varios disparos de arma de fuego en el interior de su domicilio sito en avenida Bravo casi esquina con calzada Francisco Sarabia en la colonia Nueva California, el 5 de noviembre de 2001, a las 18:00 horas.
Pese a ello, Limón Hernández dijo que tanto la prueba del rodisonato de sodio y la confesión ministerial de Iván, resultan dos pruebas muy importantes a la hora de dictar la sentencia.
Por lo pronto el caso de este doble homicidio que conmovió a los laguneros, se encuentra en su etapa final para el desahogo de pruebas, tanto por el Ministerio Público como por los abogados defensores.
CUADRO...
A sangre fría
Era el lunes 5 de noviembre de 2001, aproximadamente a las 14:00 horas, cuando Iván Muñoz Pámanes acudió, invitado por Esmeralda Castro de la Rosa, a comer a su casa, ubicada por la avenida Bravo, casi esquina con calzada Francisco Sarabia.
Muñoz Pámanes, de 19 años de edad, vecino de la colonia Campestre La Rosita, anteriormente había sido novio de la hermana de Esmeralda, Grace Nayeli, de los mismos apellidos, por lo que con la confianza que se tenían, aceptó el ofrecimiento y puntualmente llegó a la cita.
En la mesa todo transcurrió con normalidad, nadie imaginaba cómo terminaría la tarde, quizás sólo Iván, quien desde que salió de su casa, oculta entre sus ropas, llevaba una pistola que tomó del interior de una gaveta propiedad de su padre.
Una vez que terminaron de comer, el padre de las muchachas les comunicó que se trasladaría a la Presidencia Municipal, ya que estaba en trámites de obtener un permiso para la venta de cerveza en la pequeña tienda que había abierto, a un costado de su casa, y como conocía al joven, en ningún momento desconfió de su presencia.
Tan pronto se fue su padre, Grace Nayeli, de 17 años de edad, se fue a su recámara para dormir una siesta, mientras que Esmeralda se quedó a platicar con el estudiante de la carrera de Diseño Gráfico de la Universidad Autónoma del Noreste (UANE), en la sala, para lo cual ambos se sentaron en el sillón que ahí estaba.
Hasta el momento, nadie sabe por qué, incluso ni el mismo Iván, según lo que declaró luego que fue detenido y presentado a los medios de comunicación, la razón por la cual sacó la pistola tipo revólver, calibre .38 especial y sin más apunto y disparó a la cabeza de Esmeralda.
Al ver tal acción, la joven intentó protegerse, alzando una de sus manos para evitar ser herida, pero todo fue en vano, ya que la mortal bala le entró por el lado izquierdo de su cabeza, cayendo como fulminada por un rayo, sobre un charco de sangre que poco a poco comenzó a extenderse.
Frío y calculador, Muñoz Pámanes fue hasta donde estaba Grace Nayeli, ya que conocía perfectamente el interior de la vivienda y al verla recostada sobre la cama, imperturbable le hizo dos disparos, uno de los cuales le entró en la región frontal izquierda y el otro detrás de la oreja del mismo lado.
Una vez cometido el doble crimen, Iván todavía se despidió de las dos hermanas, a quien les dijo “adiós”, para salir por la puerta principal y de ahí dirigirse a su domicilio, pero antes, en el camino, arrojó el arma homicida.
Su captura
En una rápida movilización de los agentes de la Policía Ministerial del Grupo de Homicidios, encabezado por Yolanda Ezqueda Moreno, agente investigadora del Ministerio Público de Delitos Contra al Vida y la Salud Personal, lograron capturar al presunto homicida, casi 24 horas más tarde, cuando salía de su casa.
Fue el 6 de noviembre a eso de las 13:00 horas, cuando al salir de su residencia, Iván fue capturado por los ministeriales. En ningún momento opuso resistencia.
Una vez que fue declarado por el Ministerio Público, las autoridades presentaron al joven como el presunto homicida de las hermanas Castro de la Rosa.
Al ser cuestionado por El siglo de Torreón y otros representantes de distintos medios informativos, sobre las causas por las cuáles mató a las muchachas, Iván respondió: “No sé... nomás”.
La cuenta regresiva está por terminar y el próximo 25 de noviembre de este año, a las 10:00 horas en el Juzgado Segundo del Ramo Penal, se le dictará sentencia a Iván Muñoz Pámanes y la comunidad se pregunta: “¿Pagará por sus crímenes o será uno de tantos detenidos que quedan en libertad por supuestas fallas en la integración de la averiguación previa?”
La respuesta se tendrá en la fecha mencionada.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón