CRITICAN QUE FESTEJOS Y OFRENDAS DE MUERTOS ESTEN DESVIRTUADOS
La celebración que se realiza en la actualidad del Día de Muertos y la elaboración de altares es más artificial y menos artesanal, afirmó la cronista de las tradiciones populares María Cecilia Ferretis Colorado.
La especialista con más de 35 años dedicados al estudio e impartición de talleres relacionados con las tradiciones de la región, comentó que anteriormente se elaboraban en forma artesanal los elementos que conformarían una ofrenda.
Según Ferretis, la tradición del Día de Muertos se ha desvirtuado debido a la inclusión en esta fiesta de elementos propios de otras culturas, lo cual impide conservar intacta la costumbre original.
Cecilia Ferretis comentó que el aprendizaje de las tradiciones populares de este estado lo obtuvo de forma oral, a partir de sus ancestros, a quienes a sus 62 años de edad mantiene presentes mediante el rescate y la difusión de las enseñanzas que éstos le dejaron.
"Las tradiciones se han vuelto una espectáculo y un atractivo turístico de diversas regiones del país. Hay un desvío de la identidad nacional representada en las costumbres, porque existen elementos de otros países que son totalmente ajenos a nuestra cultura", explicó.
Según la promotora cultural, hasta hace algunos años se realizaba el 28 de octubre una ceremonia de culminación de la siembra del maíz e inicio de la elaboración del pinole y la calabaza que se colocarían en los altares, además de que en esa fecha el pueblo tejía manteles, picaba papel y cocinaba platillos típicos.
Participaban todos, niños, jóvenes, adultos y ancianos, y eso ayudaba a que la tradición siguiera vigente, pero hoy es cada vez más difícil defenderla y conservarla", comentó.
En las cuatro zonas que conforman el estado, las cuales son la huasteca, región media, el altiplano y el centro se efectúan diferentes ceremonias para recordar a los santos difuntos; no obstante, el calendario para recordar a éstos es el mismo.
El 28 de octubre se ora por los muertos "que no vieron la luz"; es decir, aquellos que ya no despertaron del sueño debido a una enfermedad súbita, un paro cardiaco, o bien aquellos que fallecieron ahogados.
El 29 de octubre se recuerda a los muertos en guerras, accidentes, guerrillas, asesinatos y crímenes, mientras que el 30 se dedica a la llamada "ánima sola", o bien a aquellos que murieron sin dejar descendencia alguna.
El 31 de octubre se recuerda a los muertos niños, el día primero a los adultos, y el 2 y 3 a todas las almas, quienes son honrados con alimentos como las tunas, el agua miel, la melcocha y las enchiladas potosinas, en ofrendas tradicionales.
Aunado a esto, se realizan cánticos, alabanzas, bailes y danzas tradicionales, además de la quema de cohetes y el repicar de campanas por el júbilo de recibir a todas las almas de nuevo en la tierra.
"La muerte es considerada en San Luis Potosí sólo como un paso a una mejor vida, por ello debe ser una fiesta alegre, en la que nunca se empleen colores oscuros o negros sino tonos alegres", añadió.
En la huasteca, dijo, una de las fiestas más importantes es la del chontal, la cual incluye danzas y rituales con bebida y comida especiales, como una forma de júbilo y de alegría.
Otros de los elementos indispensables en las ofrendas de esta región son el zotol, flor natural del altiplano que posee un centro llamado cocoyo, el cual asemeja a una concha de mar y se emplea en los altares de muertos.
También presentes están el maguey y el tequila, los cigarros de hoja, el atole negro, así como el frijol y el arroz negro para representar a aquellos que "vienen a la tierra", además de la vestimenta que le gustaba al difunto.
Ferretis explicó que el papel picado simboliza el aire; la flor de cempasúchil, el sol; el agua, la vida; las veladoras, la luz que ilumina el camino o trayecto del alma, y la sal y el aceite la purificación del alma.