El regidor Felipe de Jesús Hernández de los Ríos, integrante de la Comisión de Seguridad Pública y Vialidad del Cabildo, consideró que aunque drástica, tienen justificación legal y socialmente las reformas aprobadas al Reglamento de Tránsito Municipal, para sancionar a los conductores de vehículos que permitan que alguno de sus acompañantes ingiera bebidas embriagantes, drogas o psicotrópicos.
Dijo que no compartía el criterio del diputado petista Alfonso Mercado Chávez, quien acusó a los regidores de ignorantes por haber aprobado las citadas reformas a ese Reglamento, en virtud de que el Cabildo cuenta con facultades para expedir y aprobar reformas a la reglamentación municipal, pues no debe olvidarse que el Ayuntamiento es el encargado de expedir y hacer cumplir las disposiciones necesarias para una adecuada convivencia de la población.
Dijo que desde el punto de vista social, la sanción a conductores que permitan que en el interior de sus vehículos se ingieran bebidas con contenido alcohólico, drogas o psicotrópicos se encuentra plenamente justificada, pues basta ver los domingos en la avenida 20 de Noviembre las decenas de autos manipulados por jóvenes principalmente, en los que sus acompañantes van tomando cerveza.
Hernández de los Ríos comentó que si bien es cierto que la medida adoptada por el Cabildo es “un poco drástica”, es necesaria, dado que de forma cotidiana es creciente el número de casos de accidentes que son propiciados por gente en estado de ebriedad, o en los que se encuentran botes y botellas de cerveza o de licor.
Destacó que de acuerdo con las estadísticas oficiales, alrededor del 60 por ciento de los accidentes en los que participan por ejemplo los taxistas, se ha encontrado que los conductores llevan algún grado de estado de ebriedad, de tal forma que sí es grave un chofer borracho, también debe causar preocupación que los acompañantes vayan bebiendo o ingiriendo algún tipo de droga o estimulante, aunque quien maneje vaya sobrio.
Mencionó que en esta disposición se tienen que evitar confusiones, en virtud de que la prohibición consiste en consumir algún tipo de estimulantes o ingerir bebidas con contenido alcohólico por parte de los acompañantes, no de transportar o llevar en su caso a personas en estado de ebriedad.