Reuters
BELÉN, Cisjordania.-El ejército israelí se replegó ayer a las afueras de Belén, pero los palestinos cristianos tuvieron pocos motivos para realizar las celebraciones de Navidad en el poblado donde nació Jesucristo.
En la céntrica Plaza Manger, donde las tropas habían estado patrullando durante todo un mes, no había luces navideñas.
Las tropas volvieron a entrar en Belén el mes pasado, después que un hombre del área cometió un atentado suicida en un autobús de Jerusalén en el que murieron 11 personas. Varias semanas antes, los soldados se habían replegado para reducir el ambiente bélico en Belén.
Varios cientos de personas, algunas haciendo sonar campanas y otras llevando banderas palestinas, se dieron cita frente a la famosa iglesia de la Natividad, para recibir al patriarca Michel Sabbah, líder de la Iglesia Católica en Tierra Santa.
Sin embargo, no se trató de una concentración masiva para celebrar la Navidad en Belén como se acostumbraba antes del levantamiento palestino de septiembre del 2000, que busca la creación de un Estado soberano.
“Belén es ahora una ciudad triste”, dijo a la prensa la alcaldesa de Belén, Hanna Nasser, hablando bajo un cielo lluvioso y nublado. “Es la primera vez en la historia de la ciudad que el árbol de Navidad no está encendido... lleno de luces... y esto es en protesta por la ocupación israelí”.
Se le debe agregar la decisión israelí de prohibir al presidente palestino, Yasser Arafat, por segundo año consecutivo, realizar su acostumbrada visita anual a la iglesia de la Natividad.
en este día del año.
Israel acusa a Arafat de no ejercer presión para que grupos palestinos radicales dejen de realizar ataques suicidas.
En un aparente gesto de buena voluntad, tras un llamado del Papa Juan Pablo II, el ejército israelí se replegó ayer a las afueras de Belén para permitir las celebraciones de Navidad en el poblado donde nació Jesucristo.
Sin embargo, el ejército israelí dijo que “continuará operando según lo reclame la situaicón de seguridad y para evitar actos terroristas”.
Los testigos dijeron que las tropas se retiraron unos 200 metros de la iglesia de la Natividad, en el centro de Belén, donde los dignatarios cristianos de la localidad asistirán a la misa de Navidad de medianoche.
Sin embargo, las fuerzas israelíes permanecieron estacionadas en los alrededores de Belén como han estado la mayor parte de los últimos dos años desde que comenzó la revuelta palestina contra la ocupación israelí.
El ejército dijo que los cristianos palestinos con permisos de seguridad, los turistas extranjeros y los peregrinos podrían entrar a Belén, donde las navidades se están celebrado en un tono sombrío después de dos años de violencia.
A su regreso a Belén, el ejército impuso toques de queda y realizó patrullajes constantes, registros de casa en casa y decenas de arrestos de presuntos militantes. No se observaron patrullas el martes por la mañana.
El lunes en la noche, los soldados se replegaron y policías palestinos vestidos de civil con brazaletes blancos tomaron posiciones en la Plaza Manger. “Estamos en las calles para mantener el orden”, dijo el policía Samir Sahuri.