Reuters
JERUSALÉN.- Las fuerzas israelíes se retiraron el domingo de la ciudad Cisjordana de Jenín mientras el primer ministro Ariel Sharon evitó que su nuevo gabinete de extrema derecha analizara el domingo un nuevo plan de paz antes de la llegada de un enviado estadounidense al Oriente Medio.
El ejército abandonó el centro de Jenín un día después de que soldados mataron allí a un prominente militante islámico acusado de la muerte de 31 israelíes y antes de la llegada, prevista para el lunes, del diplomático estadounidense David Satterfield con la misión de impulsar una iniciativa de paz de Estados Unidos.
La policía fronteriza dijo que interceptó a presuntos militantes suicidas palestinos en los límites entre Israel y el norte de Cisjordania.
Los agentes detuvieron la marcha del automóvil en el que viajaban y les pidieron que estacionaran el vehículo a un costado de la ruta para someterlos a una inspección, pero al parecer los palestinos provocaron una explosión y murieron.
Los palestinos "hicieron volar el auto luego de que se les dijo que se detuvieran", dijo un portavoz de la policía. "La información con que contamos ahora dice que dos terroristas murieron dentro del auto".
El repliegue de Jenín ocurrió dos semanas después de que tropas apoyadas por vehículos pesados irrumpieron en esa ciudad en busca de militantes presuntamente vinculados con atentados en Israel.
Los atentados suicidas han matado a decenas de israelíes en los dos años de levantamiento palestino contra la ocupación israelí en busca de un Estado independiente. Los palestinos dicen que los atentados son para vengar las incursiones militares israelíes en las que han muerto civiles y militantes.
Por lo menos 1,653 palestinos y 626 israelíes han muerto desde que comenzó el levantamiento en septiembre del 2000, tras el estancamiento de las conversaciones de paz.
Reservas y críticas contra nueva propuesta
El nuevo plan, parte de un esfuerzo del cuarteto de mediadores integrado por representantes de Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y las Naciones Unidas, se convirtió en una papa caliente mientras los líderes israelíes se acomodan en la etapa previa a la próxima campaña política con vistas a las elecciones generales anticipadas.
El plan incluye la retirada del ejército israelí de las ciudades palestinas ocupadas, esfuerzos mutuos para alcanzar un acuerdo de paz definitivo y la creación de un Estado palestino en Cisjordania y la Franja de Gaza para el 2005.
Funcionarios palestinos ya han expresado sus reservas respecto al plan.
En un comunicado de su gabinete, los ministros palestinos dijeron que la propuesta estadounidense debería definir un calendario más estricto, un claro llamado para que terminen las construcciones de asentamientos judíos en tierras ocupadas y el envío a la región de supervisores internacionales.
Mientras tanto, dirigentes de la facción Fatah, del líder palestino Yasser Arafat y representantes del grupo militante islámico Hamas se reunieron el domingo en El Cairo para tratar las diferencias entre ambas partes y analizar la posibilidad de poner fin a los atentados suicidas dentro de Israel.
Por su parte, según fuentes políticas, Sharon no permitió que sus ministros debatieran el plan durante la reunión semanal del gabinete, aparentemente para evitar una confrontación con Estados Unidos mientras Washington se prepara para una posible guerra con Iraq.
El ministro de Relaciones Exteriores, Benjamin Netanyahu y el de Defensa, Shaul Mofaz, incorporados recientemente al gabinete de Sharon tras el colapso hace 11 días de la coalición gubernamental, han criticado la propuesta.
Tanto la retirada militar de Jenín como la iniciativa diplomática opacaron, al menos por el momento, una creciente fiebre política en Israel que alcanzaría su punto culminante en las elecciones generales de finales de enero.