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Roma, Italia.- Es necesaria una inversión pública adicional de 24 mil millones de dólares anuales para reducir a la mitad en el 2015 los 840 millones de personas con desnutrición en el mundo, consideró ayer aquí la FAO al presentar su informe anual.
En el informe “El estado de la inseguridad alimenticia en el mundo 2002”, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calculó que entre 1998 y el 2000 las personas con desnutrición rondaban los 840 millones.
De ese total, 799 millones viven en los países en desarrollo, 30 millones en las naciones en transición y 11 millones en los industrializados.
En el informe, publicado con motivo del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el 16 de octubre, la FAO dijo que de esa cantidad de personas unos seis millones de niños menores de cinco años mueren cada año a causa del hambre. Subrayó que entre 1990-92 y 1998-2000, la cifra de personas que padecen hambre y desnutrición ha disminuido “escasamente” dos millones y medio cada año y en muchas regiones la cifra de personas mal nutridas podría incluso estar en aumento .
La FAO subrayó que si esta tendencia se invierte radicalmente, el mundo estará muy lejos de alcanzar el objetivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 de reducir a la mitad, para el 2015, el número de personas con hambre en el mundo.
Según el informe los escasos avances en la disminución del número de personas con hambre son el resultado de los progresos en algunos grandes países.
“Sólo en China, la desnutrición ha disminuido en 74 millones desde el bienio 1990-92. Indonesia, Vietnam, Tailandia, Nigeria, Ghana y Perú la redujo en más de tres millones. Sin embargo en 47 países no ha habido progresos”, dijo.
Pero resaltó que si se excluye a China, el número de personas desnutridas en el resto de las naciones en desarrollo ha aumentado más de 50 millones desde el bienio 1990-92.
La FAO consideró que la pobreza es responsable en gran parte de este problema en un mundo de abundancia, y que otras causas son las sequías e inundaciones, los conflictos armados, las turbulencias políticas, sociales y económicas.