BRASILIA, BRASIL.- El candidato presidencial de izquierda de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ganó ayer un apoyo clave para la segunda vuelta electoral, mientras la moneda brasileña se derrumbó a su mínimo histórico.
El Partido Socialista Brasileño (PSB) de Anthony Garotinho, tercero en la primera vuelta del domingo, anunció ayer su apoyo formal a Lula en su carrera hacia la presidencia.
"Defendemos la candidatura de Lula por respeto al pueblo brasileño. No hay duda que entre la candidatura de Lula y de Serra, la de Lula es mejor", dijo Garotinho, pastor evangélico y ex gobernador de Río de Janeiro, quien obtuvo en las elecciones más de 15 millones de votos, casi el 18 por ciento del total.
Lula, candidato del Partido de los Trabajadores (PT) ganó la primera vuelta de la elección presidencial con un 46,4 por ciento de los votos válidos, contra 23.2 del oficialista José Serra, pero no consiguió la mayoría necesaria para evitar la segunda vuelta.
"Estamos consolidando nuestros apoyos", dijo un satisfecho Lula durante una visita al estado de Minas Gerais, el segundo en importancia en Brasil.
En Minas Gerais Lula propinó un duro golpe a Serra al ganar el respaldo del vicegobernador electo del estado, cuyo Partido del Frente Liberal (PFL) había anunciado el miércoles que respaldaría al oficialista.
El centrista Partido Trabalhista Brasileño (PTB), que cuenta con la sexta mayor bancada en la nueva Cámara de Diputados surgida tras la votación del domingo, con 26 miembros, también se pronunció en apoyo a la candidatura presidencial de Lula.
En su camino hacia la jefatura del Estado más grande y poblado de América Latina, el ex obrero metalúrgico del PT ya logró el respaldo "irrestricto" del cuarto colocado en la primera vuelta, el ex ministro de Hacienda Ciro Gomes, del Partido Popular Socialista (PPS), quien obtuvo más de 10 millones de votos (11.9 por ciento).
Lula, que encara su cuarto intento presidencial tras ser derrotado en las elecciones de 1989, 1994 y 1998, enfrentará en la segunda vuelta a Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del saliente presidente Fernando Henrique Cardoso.
El liderazgo de Lula en la carrera presidencial ha provocado tensión en los mercados financieros, que temen que un gobierno de izquierda no pueda manejar la pesada deuda brasileña de 260,000 millones de dólares, derivando en un incumplimiento.
A esa tensión se sumó la frustración de la expectativa del mercado, que esperaba que el miércoles el titular del Banco Central, Armínio Fraga, anunciara medidas para contener la caída del real, lo que no ocurrió.
Ayer el real profundizó su caída hasta 4.0 unidades por dólar, a sus valores mínimos históricos, para cerrar a 3.99 por dólar, baja producida luego de que el Banco Central enfrentó dificultades para refinanciar títulos de deuda doméstica.
En una conferencia de prensa el miércoles, tras una reunión de Cardoso con su equipo económico, Fraga no anunció medidas y responsabilizó a la oposición por las turbulencias económicas que enfrenta Brasil.
El presidente del partido de Lula, José Dirceu, rebatió a Fraga y dijo que la inestabilidad financiera que vive Brasil es resultado de la actual política económica, agregando que la elección de Lula daría seguridad al país.