El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Un gran soporte actoral y un notable manejo del suspenso son los elementos que han convertido a Señales en uno de los grandes éxitos del verano estadounidense.
Dirigida por M. Night Shyamalan, quien escribió Sexto sentido (1999), nadie imaginó que este realizador iba a transformarse en uno de los cineastas con mayores logros en el cine.
Luego irrumpió en la pantalla con El protegido (2000) -también como director y guionista- y ahora regresa con Señales, todo un éxito de taquilla en Estados Unidos, pues recaudó más de 60 millones de dólares en su fin de semana de estreno.
Aquí también es el encargado de la dirección y de la historia, con tal éxito que el influyente semanario estadounidense Newsweek lo apodó "El próximo Spielberg".
El protagonista de su última película, Mel Gibson (46), responde a estos calificativos periodísticos con un enfoque muy personal. "No le veo más relación que una frase pegadiza para vender revistas. Lo que sí sé es que sólo hay un Spielberg y solamente un Shyamalan, y que los dos son más que una promesa. Ambos son genios, tienen la marca de un gran cineasta, y desean hacer arte que todo el mundo pueda disfrutar".
Con Señales -su quinto largometraje- y con un salario de más de 11 millones de dólares por ponerse detrás de las cámaras, Shyamalan puede erguirse como el director más promisorio de los menores de 40.
En esta producción es el australiano Mel Gibson el gran imán del elenco. Rodada casi con austeridad y sin profusión de efectos especiales, nos encontramos de nuevo con personas comunes enfrentadas a situaciones extraordinarias, o al menos fuera de lo común, que ponen en jaque sus propias vidas.
La trama es muy simple, tanto que resulta casi trivial, por lo que su fuerza radica en la espiritualidad que contiene, así como en la inteligente manera de ponerla en pantalla, en esa potencia visual que M. Night Shyamalan imprime en sus obras.