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Patricio de la Fuente González-Karg

-parte primera-

Vicente:

Ignoro qué andarás haciendo a estas horas de la noche. Yo he decidido quedarme en casa a reflexionar sobre el país, la vida y otra sarta de sandeces. Como cada ocasión en la que quiero cambiar al mundo (muy lógico a mis veintitantas primaveras) siempre me hago acompañar de un buen disco. En esta ocasión Pablo Milanés y su “Antología” parecen ser una adecuada selección pues cada tema del famoso cantautor se convierte en anhelo de lo que quisiéramos tener y hacer por el entorno donde vivimos, ya sea plenamente o a medias. ¡Híjole! Olvidaba que últimamente todo lo referente a Cuba suele darte dolores de cabeza, pero recuerda que la culpa es de Castro, Pascoe, Toussaint y demás pececitos caribeños de colores, así es que dejemos al pobre Don Pablo fuera.

No creas que solamente llena tan escogida y maravillosa soledad la música. Aquellos pertenecientes al grupo “revolucionarios de biblioteca” mitigamos las horas de introspección y análisis amparados por mezclas y jarabes etílicos de diversa índole. Espero nadie llegue a calificarnos mal, confundirnos con ociosos “que las agarran de buró y solamente despepitan burrada y media” pues el fin de pensar con la copa en mano persigue única y exclusivamente el alumbramiento, clarividencia y certidumbre conferido por ese oporto guardado con celosía. Menciono oporto como también vendría al caso decir tequila si andamos enfocándonos en México. ¿A poco no se te antoja un drink Mister President? El que elijas está bien, siempre y cuando evites la reserva de Don José López Portillo pues al tercer quiebre no vaya a ser la de malas y se te aparezca Sasha bailando “Oye Salomé, perdónala, perdónala”.

Maravillosos en el arte de las ideas son los libros. Entre frase y frase que escribo es inútil evitar el impulso por hojear algún título, abrirlo al azar y correlacionar el torbellino de pensamientos que aquejan a cualquier escribano. Ahorita, por ejemplo, heme jugando a relacionar obras con personajes históricos. Abro el ideario de la fundación ¡Vamos México! y recuerdo a Eva Perón, tomo entre las manos las obras completas de Borges pensando en ti. Te juro que es divertidísimo a estas horas noctámbulas mezclar lo solemne con lo insulso e imberbe, decir incongruencias pero así mismo hablar con la verdad, disipar dudas. Digo, si en ésas andamos permíteme dejarte en claro varias cosas: (1) Roberto Madrazo es un prócer de la patria (2) El Congreso trabaja y funciona cual reloj suizo (3) Cierta candidata fue elegida a partir de un proceso limpio y democrático, entre otras verdades absolutas.

Perdón por desviarme del tema. La intención original de esta misiva es por unos instantes ponerme en tus zapatos y cuantificar cuán pesada puede llegar a ser la responsabilidad de encabezar los destinos de una nación poco dada al amor propio, donde la ley de la selva es pan de todos los días. Partidos políticos enfrascados en una lucha de poderes, estéril, absurda. Un Congreso de la Unión sin agenda común que continúa perdiendo el tiempo como si éste fuese eterno, recuperable. Líderes sindicales corruptos, capaces de dormir plácidamente a sabiendas de que miles de trabajadores carecen del mínimo indispensable. Jerarcas eclesiásticos “dando el rol” en flamantes automóviles del año, medios masivos de comunicación haciendo uso de una libertad de expresión errónea que consiste en criticar lo criticable si con ello consiguen mayores ventas; un sistema judicial selectivo y profundamente parcial.

Y seguiremos con la lista hasta el cansancio. Veinte mexicanos en las páginas de Forbes y cincuenta millones en pobreza extrema; delincuentes de cuello blanco–Cabal, “El Divino”- paseándose por las aceras y dando autógrafos; realidades alteradas donde el término “suertudo” aplica a aquel ciudadano que solamente ha sido asaltado en dos ocasiones; una industria del secuestro precisa y organizada de donde se desprende otra que vende blindajes, alarmas y chalecos anti-balas como si se tratase de caramelos. Para acabarla de amolar la cercanía con Estados Unidos y la efímera amistad que mantienes con George W. Bush, ente cuyo núcleo paranoide anda últimamente tan desarrollado que a la menor provocación seguramente saldrá con la idea de que el sub comandante Marcos (otro payaso de antología) está coludido con Bin Laden y por lo tanto urge enviar tropas a Chiapas para exterminarlo.

¡Cuántos pendientes en la agenda! Recuerdo firmemente tu intención de “Sacar al PRI de los Pinos”. Ahora parece como si Roberto y Elba Esther fueran los únicos inquilinos pues de tu casa últimamente no salen. Entiendo la necesidad de establecer acuerdos con la oposición, aunque ello radique en sentarte a dialogar con un individuo como Madrazo, sin embargo muchos temblamos ante la posibilidad de que salgan airosos en asuntos como el Pemexgate si con ello consigues su tan ansiado voto para la reforma eléctrica.

Discúlpame por el tono pesimista, pero provengo de una generación hastiada de frases y discursos que aluden al “buen rumbo”, a que “las cosas marchan”, a que “superamos la crisis” y “estamos progresando”. El próximo viernes prometo plasmar las mil y un cosas por las cuáles vale la pena luchar. Ni modo, hoy tocaba despotricar contra una milésima parte de aquello que no debería ser, eso injusto y doloroso, absurdo hoy y siempre.

Concluyo con la plena sapiencia de tus nobles intenciones y la noción intrínseca de que la responsabilidad hacia el México ideal es una tarea compartida. Apóyate en tantos y tantos que día a día luchan por un futuro que actualmente percibimos sombrío. Caray, hablando en plata es de sentir miedo por las condiciones que enfrentará mi descendencia si no rompemos con el círculo vicioso de la autodestrucción.

Correo electrónico: pato1919@hotmail.com

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